"Además de conocimientos forenses, el criminalista debe tener suerte" dijo un perito del caso Nisman

El criminalista Luis Alberto Olavarría dialogó esta mañana con JUSTICIA EN PRIMERA, el ciclo radial que se emite todos los jueves a las 9.00 por LA REDONDA 100.3. en la entrevista que concedió al dr. Enrique Russo y el periodista Martín Granovsky, el especialista brindó algunos detalles de la labor que desarrolla.

Explicó que uno de los principales requisitos para poder desarrollarse en la la profesión es "contar un pensamiento de médico forense y tener un poco de suerte". Al referirse a este punto Olavarría comentó cuál fue su impresión en uno de los peritajes que realizó en el caso Cabezas. El especialista aseguró que no sólo tuvo que contar con conocimientos específicos en a materia para poder llegar a una buena conclusión. También necesitó una cuota de fortuna.

"Siempre recuerdo cuando analice el proyectil, que parecía que no se podía hacer nada por la destrucción que tenía. Así que bueno empecé a estudiar porque ya tenía un entusiasmo por resolver este tema, se había convertido en un desafío y había muchas ganas por descubrir que había pasado realmente" explica el Olavarría.

Indicó que "Tratando de buscar la verdad comparó los proyectiles, y pese al alto grado de deterioro que tenía la bala coloque los proyectiles en un comparador criminalístico para superponer imágenes en una única oportunidad. Finalmente pude establecer que la bala había salido de esa arma, pese a que era una tarea sumamente compleja".

Pero pese a la pericia que tuvo en esta tarea, el especialista hizo notar que el factor suerte fue determinante para llegar a esa conclusión. "Cuando quise realizar nuevamente la misma acción que había hecho algunas horas antes, con el objetivo de poder sacar mas fotos, nunca más pude conseguir ubicar la bala en la misma posición. En el primer intento tuve suerte, después no".

Contó además que la ubicación perfecta de la bala no fue el único hecho fortuito que le sucedió en la investigación. Un pequeño razonamiento lo llevó al arma en dónde pudo realizar un hallazgo que resultó determinante para la investigación.

"Las ganas por descubrir qué pasó me llevaron a revisar el cañón del arma. Con una lupa descubrí que había tejido en el arma. Así que pese a que el cuerpo estaba carbonizado pude calcular cuál había sido la distancia del disparo" relató Olavarría que nuevamente destacó que la suerte debe estar del lado de un investigador a la hora de llevar adelante su tarea.

 

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