Ataque en Jerusalén: un camión embistió y mató a cuatro soldados

Cuatro soldados israelíes murieron ayer atropellados por un camión en Jerusalén Este, en un ataque perpetrado por un palestino, a quien el primer ministro Benjamín Netanyahu calificó como simpatizante del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS).

El conductor del camión fue abatido, en tanto otros 15 soldados resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, indicaron los socorristas. Los soldados muertos eran tres mujeres y un hombre, todos veinteañeros, según la misma fuente.

El ataque fue perpetrado a primera hora de la tarde en un paseo muy popular, desde el que se observa una amplia vista de conjunto de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Un grupo de soldados descendía de un ómnibus para visitar el lugar, cuando el conductor del camión “embistió contra ellos”, precisó un portavoz de la policía, Micky Rosenfeld.

De acuerdo a la agencia de noticias Maan, el atacante se llama Fadi al-Qanbar, tiene 28 años y es un palestino residente del barrio de Jabal Mukaber, adyacente al lugar donde se produjo el ataque, cerca del asentamiento israelí de Armón Hanatziv, territorio ocupado de la zona oriental.

Según las Brigadas Qassam, el ala militar de Hamas, el autor de la masacre “había sido liberado de las cárceles israelíes”.

VIDEO ESCALOFRIANTE

El medio local Arutz Sheva TV publicó el video de del momento en que el camión realiza el ataque y atropella a un grupo de personas. En las imágenes se observa como, tras arrollarlos, el camión dio marcha atrás y volvió a golpear a varios de los uniformados, que según el diario digital “Times of Israel”, participaban en un tour del Ejército del programa “Domingos culturales”, en que recorren lugares relevantes del país. Algunas de las víctimas quedaron atrapadas debajo del vehículo y tuvieron que ser rescatadas con ayuda de una grúa.

“Conocemos la identidad del atacante que, según todas las indicaciones, apoya al Estado Islámico”, declaró Netanyahu, según sus servicios. “Los atentados se suceden, de Francia a Berlín y ahora en Jerusalén, y es probable que estén vinculados entre sí”, añadió el primer ministro.

Por su parte, el presidente israelí, Reuven Rivlin, condenó el ataque. “Mi corazón se queda en Israel y lleva un gran peso”, afirmó el dirigente junto a su esposa, Nechama, antes de subir a un avión en dirección a Georgia, donde tiene prevista una visita oficial esta semana.

Uno de los guías del grupo de soldados declaró que escuchó gritar a los soldados y vio el camión sobre el borde de la calzada. “Escuché a mis soldados gritar”, declaró Lea Schreiber. “Vi un camión al borde del camino y soldados que disparaban en su dirección”, agregó.

En Israel, Jerusalén y Cisjordania ocupada se registra desde septiembre de 2015 una ola de ataques palestinos, cometidos en su gran mayoría con arma blanca y, en algunos casos, con armas de fuego o utilizando vehículos para atropellar peatones.

Antes del ataque de ayer, uno de los más mortíferos hasta ahora, la ola de violencia, que en los últimos meses bajó en intensidad, causó la muerte de 247 palestinos, 40 israelíes, dos estadounidenses, un jordano, un sudanés y un eritreo.

La mayoría de los palestinos abatidos son autores o presuntos autores de ataques anti israelíes, perpetrados por jóvenes aislados.

El drama de ayer tuvo lugar cinco días después de la condena de un joven soldado israelí acusado de haber ultimado a un atacante palestino cuando yacía herido e indefenso en el suelo.

El sargento franco-israelí Elor Azaria, de 20 años, fue declarado culpable de homicidio voluntario por un tribunal militar israelí y es pasible de una pena de hasta 20 años de cárcel. Esta será fijada dentro de unas semanas.

Siete personas fueron detenidas acusadas de atentar contra el orden público tras organizar, el sábado, una manifestación de apoyo a Azaria, “no autorizada” según la policía, frente al domicilio del presidente Rivlin en Jerusalén.

CONDENA DE EE UU

En este marco, el gobierno estadounidense condenó de la manera “más contundente” el “brutal” asesinato de los soldados israelíes y criticó la “glorificación del terrorismo”. “No existe absolutamente ninguna justificación para este ataque brutal y sin sentido”, afirmó Mark Toner, portavoz adjunto del Departamento de Estado en un comunicado, y agregó: “Llamamos a todos a enviar un claro mensajes de que el terrorismo no debe ser nunca tolerado”.