Los gritos de Axl y las chispas que Slash le sacó a las guitarras

Con un show más aplomado que los últimos en River, Guns N’ Roses hizo vibrar a los fans

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Por JUAN PABLO COSTA

Guns N’ Roses lo hizo de nuevo. En el marco de la maratónica gira “Not in This Lifetime”, nuestra ciudad fue el escenario perfecto para el mejor show que la banda brindó en Argentina desde que volvió al ruedo tras la separación en 1993. Y son varias las razones para justificar esta afirmación:

* A fines del año pasado, River fue testigo de la vuelta de los históricos. Se trató de un recital que daba sus primeros pasos y quizás se “perdonaron” algunas cuestiones por la emoción de volver a ver juntos a Axl, Slash y Duff. En el reciente recital del Estadio Unico, los Guns llegaron con un setlist y una puesta en escena cargada de fuegos artificiales y explosiones casi idéntica a la de noviembre pasado, pero la banda se mostró aplomada en todo sentido, con más shows sobre sus espaldas, y por eso sonó como en las viejas épocas, pese a que por momentos el sonido parecía saturar.

* A Axl se lo vio distinto y no sintió el peso de “bancarse” la cuarta presentación en sólo 8 días (tocó el sábado 23 en Río, el martes en San Pablo y el viernes en Chile). Permanentemente interactuó con el público, buscando ese ida y vuelta necesario para hacer delirar a la masa. Y hasta revoleó un corpiño -mirada cómplice incluida- que una fan arrojó al escenario mientras cantaba “Better” y lo mismo hizo con una bombacha roja en “My Michelle”. Su voz y sus gritos merecen un capítulo aparte. ¿Desafinó? Y sí, en algunos pasajes como todo cantante en vivo. Pero basta escucharlo en los tonos altos de “This I love” y en el final de “Patience” para sacarse las dudas de que su voz está intacta.

* Slash fue protagonista excluyente de esta velada que se extendió por más de tres horas. Con anteojos negros, campera de cuero negra y musculosa, uno de los mejores guitarristas de la historia de la música dio cátedra. No dejó de lado su clásico tema de “El padrino”, pero sí varió la melodía con exquisitos punteos. Y lo mismo hizo en otros temas que terminaron con la ovación de un estadio que le hizo saber que es tan necesario como el vocalista.

* En La Plata la banda dio testimonio de que el fuego sagrado está vivo. Más allá de Axl y Slash, el otro “sobreviviente”, Duff McKagan, también encantó a los argentinos y se llevó todos los aplausos. El rubio dejó el clásico “Attitude” -ya lo había hecho en River- para jugarse con la potente “New Rose”, el cover de The Damned incluido en “Spaghetti Incident”. Por otro lado, Frank Ferrer hace olvidar que alguna vez Guns N’ Roses tuvo un baterista llamado Matt Sorum porque le imprime su sello. Richard Fortus no se queda atrás y le saca brillo a su guitarra en “Rocket queen”. Es una gran compañía de Slash y, aunque pocas veces, tiene su espacio. Por último, nada que decir del histórico Dizzy Reed (presente en el 92-93 en nuestro país) y Melissa Reese (incorporada el año pasado para esta nueva etapa gunner). Uno en el teclado y la otra con los sintetizadores, tuvieron sus momentos para lucirse.

* La lluvia -casi incesante- le dio un marco especial al recital porque no frenó los furiosos solos de Slash, quien le sacó chispas a sus guitarras pese a que chorreaban agua. Ni tampoco Axl se escondió en los pocos sectores donde no caían “baldazos” de agua y salió a mojarse debajo de su sombrero y pañuelo rojo. Todo al ritmo de un público siempre en ebullición que terminó empapado.

Es imposible comparar a este Guns N’ Roses con los que hicieron explotar el Monumental allá por los años ‘92 y ‘93 por una simple razón: pasaron 24 años. Axl no corre de forma desaforada de una punta del escenario a la otra y levantando sus manos en “Paradise City”. Tampoco se menea con el mismo swing en “Sweet child o’ mine”. Y lejos está de dar vueltas en sí mismo en “You could be mine”. Hoy los Guns son otra cosa, con la misma música pero en un show distinto porque ellos son distintos. Contagian la energía de otra forma. Eso les alcanza y les sobra para seguir haciendo delirar a sus viejos fans, y también para hipnotizar a las nuevas generaciones.

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Son los millones de dólares que lleva recaudados la banda en esta gira, que ya acumula 17 meses arriba de los escenarios. Sin dudas que la renovada “amistad” de Axl y Slash resultó ser muy redituable.

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Son los recitales que Guns N’ Roses lleva dados en la gira “Not in This Lifetime”, que arrancó el Troubadour de Los Angeles el 1ro de abril de 2016. En Argentina tocó 3 veces, dos en River y una en el Estadio Unico.

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