El problema no es de la tecnología, es del que la usa

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Raúl Martínez Fazzalari

Abogado especialista en nuevas tecnologías

“El problema no es de la tecnología, sino del que la usa mal. Normalmente, estos casos de mensajes que se viralizan sin autorización no se relacionan con hackers ni con terceros, sino con alguno de los participantes de la conversación que decide, unilateralmente, difundirlos. Y son cada vez más comunes.

Por un lado tiene que ver con la irrupción de nuevas redes sociales, como Whatsapp, que por su inmediatez y masividad favorecen una mayor ligereza en el manejo de los mensajes, que puede tener graves consecuencias.

Es que muchos usuarios de estas redes sociales desconocen que toda comunicación privada, ya sea a través del teléfono, de una carta, del chat o de las redes sociales, está protegida por la Constitución Nacional y por el Código Penal. En su artículo número 153, éste establece las sanciones para quienes violen comunicaciones privadas.

Pero muchas veces la difusión de este tipo de contenidos desata una respuesta imprevisible por su magnitud. Y en esa respuesta pueden aparecer nuevas faltas a la ley, como la difamación, la injuria o el uso indebido de imágenes, todas ellas pasibles de sanción penal, según el grado.

En otros casos, la persona que se siente agraviada puede recurrir a la justicia civil por daños y perjuicios morales. Los mensajes se pueden rastrear y accionar judicialmente.

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