Video: el vandalismo y la violencia juvenil ganan terreno en el Centro de la Ciudad
Edición Impresa | 2 de Noviembre de 2017 | 03:01

El radio es bien delimitado y pequeño: incluye pocas cuadras, en pleno corazón comercial y financiero de la Ciudad, donde el movimiento diurno está en ebullición, pero que a la noche muta en un páramo inhóspito. En ese terreno, son cada vez más usuales los ataques vandálicos en negocios y bancos. En 20 días se les atribuyeron a menores de edad casi una decena de casos, que en su mayoría terminan siempre igual: los acusados salen libres y los costos los pagan los damnificados.
Los últimos episodios de esta saga se dieron en 48 entre 8 y 9, en una sucursal del banco Macro, y en un Credicoop de 47 entre 7 y 8. En el primero, rompieron los vidrios de la fachada, según confirmaron fuentes oficiales. En el segundo, habrían forzado dos cajeros automáticos que quedaron fuera de servicio, por lo que comentaron voceros extraoficiales.
La situación no es nueva y ya había arrojado varios ejemplos en este año y en los anteriores. Sin embargo, por estas semanas se nota un incremento puntualmente focalizado en entidades bancarias y prestamistas.
En la primera mitad de octubre, dos jóvenes de 15 y 16 años salieron “de gira” por el microcentro, una madrugada. En primera instancia violentaron la puerta de entrada del banco Comafi de 7 entre 46 y 47, donde intentaron arrancar el frente de dos cajeros automáticos.
Buscaban obviamente dinero, pero ahí no lograron su cometido. Estaban apurados y tal vez se imaginaron que alguna cámara los podía estar filmando. De ahí que emprendieron la retirada y depositaron su atención a escasos metros de distancia, en una panadería, donde también entraron a la fuerza y vaciaron la caja, que almacenaba 11 mil pesos.
Aquella vez la policía los atrapó cerca de la zona roja, aunque sólo pasaron un rato en la comisaría, debido a que son menores.
microcentro
Por aquellos días, se vivieron más casos en un radio bien limitado. Uno sucedió en 7 entre 46 y 47, en el local “Efectivo Sí”, donde un grupo de jóvenes provocó destrozos y revolvió la totalidad de sus instalaciones.
En la misma cuadra también atacaron un local de depilación, siempre bajo la misma modalidad. Cuando se da un caso de estas características, los investigadores analizan las cámaras de monitoreo urbano (COM) de la zona, en busca de imágenes de los delincuentes.
“Debería ser el lugar más seguro de La Plata. Acá, a pocos metros, funcionan seis bancos, una aseguradora y varios negocios de los considerados grandes, con mucha afluencia de público. Sin embargo, pasa de todo. Por eso nos preguntamos dónde está la Policía”, mencionó un comerciante, que pidió reserva de identidad. El hombre hizo referencia a otros casos de “boqueteros”, que se habían dado meses atrás. Fueron golpes planificados y, en ocasiones, millonarios.
Volviendo a lo que fue octubre, no muy lejos de allí, a una peluquería de 10 y 49, ingresó una indeterminada cantidad de delincuentes -se sospecha que por lo menos fueron dos-, el que redujo a trizas la puerta de vidrio del local. Se robaron la caja registradora.
Cuando se habla de daños no siempre se hace referencia a roturas. En el sector de cajeros automáticos del Banco de la Nación Argentina, sobre la calle 48 entre 6 y 7, pintaron con aerosol negro las cámaras de seguridad.
Allí ingresaron al box, cuya puerta de acceso había sido vulnerada con una especie de palanca, para arruinar las filmadoras. Su intención, obviamente, pasó por camuflar sus movimientos dentro del lugar, aunque no tuvieron demasiada suerte y debieron darse a la fuga con las manos vacías y manchadas con pintura.
Es evidente pero igual se debe aclarar: la seguridad de los cajeros automáticos, difícil de vulnerar, es demasiado como para que un puñado de adolescentes pueda robar la plata que albergan. Por ende, el interés que pudieran tener se tiene que encuadrar en el mero vandalismo.
patrullajes que no bastan
Sobre la problemática de la inseguridad en la zona céntrica platense, un investigador contó que “armamos un grupo de motoristas, móviles y personal a pie, que trabaja de 20.00 a 05.00 para prevenir estos hechos. Igual la jurisdicción es demasiado extensa y no podemos estar en todos lados al mismo tiempo”.
“La situación es alarmante. Están pasando cosas delicadas. Incluso se ve gente con armas blancas o de fuego. Uno habla con autoridades de la policía, el municipio y no se consigue una solución”, lamentó Guillermo Salvioli, presidente del Centro Comercial de Calle 8 y Adyacencias.
Alberto Catulo, de la Asociación Amigos de Calle 12 y Adyacencias, comparte la preocupación: “Hay más robos de noche. En el día podemos tener situaciones con mecheras (robo hormiga). Tenemos diálogo con la policía, pero creo que acá falla la Justicia porque en la mayoría de los robos hay menores, pero los agarran y los sueltan”.
7 menores de cada 9 detenidos
La percepción fue confirmada por el jefe de la Policía Local, Sebastián Martínez Pass, quien indicó que “tenemos muchos menores involucrados en estos hechos y en casos, son chicos en situación de calle”. Para graficar, contó que en una de las noches de la semana pasada “de las 9 personas que detuvimos, 7 eran menores y 5 son chicos en situación de calle”.
De acuerdo con la legislación, los menores deben ser puestos en guarda de sus padres. En caso de no tener familia, son enviados a Centros de Atención Transitoria en un régimen de asistencia abierto a cargo del denominado Servicio Local. “Vuelven a la calle en horas”, indicó Martínez Pass.
En este sentido, el jefe policial trajo de la memoria uno de los casos citados antes: “Los menores que fueron detenidos por el episodio del banco de 7 entre 46 y 47, unas horas antes habían sido llevados a la casa porque estaban en la zona roja”.
El fiscal Marcelo Romero analizó que “tenemos una situación de criminalidad sin pausa en los últimos años, con delitos cada vez más violentos. Hay un combo explosivo de marginalidad, que no es pobreza, sino falta de educación en la escuela y en casa, y consumo masivo de estupefacientes. Hablamos de un 95% de hechos de criminalidad no organizada. Roban cualquier cosa para conseguir plata y drogarse”.
Los bancos aparecen hoy como el objetivo con el cual los vándalos se ensañan. Como se dijo, su interés va más por el destrozo que por el robo de dinero.
Antes -y probablemente después también- el resto de los negocios son también el blanco de los delincuentes. Con todo, el resultado es que el centro dejó de ser hace años en un lugar de paseo para darle lugar a un terreno de nadie, oscuro y peligroso.
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