El llanto de dos maestras frente al sin sentido de la violencia
Edición Impresa | 5 de Noviembre de 2017 | 02:48

Fue el lunes a la mañana. Dos maestras desconsoladas lloran y se abrazan dentro de una de las aulas cobardemente incendiadas por vándalos sin escrúpulos en la escuela primaria 23, del barrio Aeropuerto. El siniestro dejó al establecimiento educativo -situada en una de las zonas más vulnerables de la región- prácticamente inutilizable. El dolor, la bronca y la impotencia del cuerpo docente, sin embargo, tuvo su recompensa solidaria el pasado jueves cuando, gracias al ofrecimiento de la escuela Cristo Rey, los chicos pudieron volver a clases en aulas prestadas.
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