El Hospital de Niños, en alerta frente a la aparición de los primeros alacranes

Ya se registraron tres consultas y se espera que, como todos los veranos, en el próximo las atenciones no sean menos de un centenar

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Junto con la irrupción del calor, arrancó la temporada “oficial” de alacranes en la Región. En alerta, porque el servicio ya atendió tres consultas casi consecutivas, desde Toxicología Pediátrica del Hospital Sor María Ludovica advirtieron que, si bien se ha tratado hasta ahora de escorpiones que, ponzoñosos o no, carecían de actividad tóxica, los vecinos deben estar atentos a la presencia de la especie y tomar precauciones en aquellos lugares oscuros, húmedos y con escombros o restos de materiales donde los arácnidos puedan esconderse.

Uno de los casos que se presentó en el centro asistencial fue el de una nena de Los Hornos que quedó internada por haber compartido el espacio con varios ejemplares. “En la cocina de su casa se encontraron como diez escorpiones y aunque ninguno aparentemente la mordió la observamos durante un día por las dudas que hubiera tenido algún contacto”, indicó la jefa del servicio, Adriana Aguirre.

En la Región, dos clases

Hay, se sabe, dos tipos de escorpiones: los venenosos y los inofensivos. De un tiempo a esta parte se ha detectado, asimismo, que la especie ponzoñosa presente en nuestra región, desde el punto de vista biológico, carece de actividad tóxica. No obstante, según señaló la especialista en toxicología pediátrica, “hay que tener cuidado porque no sabemos qué puede ocurrir, por ejemplo, si hay un cambio climático”. Y es que, explicó la médica, se cree, aunque todavía sin confirmación científica, que por las condiciones atmosféricas -temperatura y humedad- de La Plata y sus alrededores el veneno de los alacranes de la Región no hace efecto.

Como marrones oscuros, con pinzas cortas y gruesas y un solo “aguijón” en la cola, describió Aguirre a los alacranes que por la falta de veneno no son peligrosos. Los que sí son ponzoñosos, aclaró la especialista, son color té con leche, tirando a transparentes, y tienen las pinzas más largas y finas y la cola remata con dos aguijones.

En rigor, de acuerdo a lo que resaltó Aguirre, el color de los escorpiones puede ser engañoso. “No hay que guiarse por eso sino por la cantidad de aguijones que tiene en la cola y para eso hay que verlos a través de una lupa una vez que fueron colocados con mucho cuidado en un frasco. El CEPAVE, por ejemplo, los identifica de inmediato.

Ya en plena “temporada”

Los escorpiones se dejan ver, por lo general, en verano, pues salen de su hábitat oscuro y húmedo a la superficie en los meses de calor. Por eso, ahora, en la Región se atraviesa los meses en que su presencia se vuelve más frecuente. De hábitos solitarios, el arácnido rechaza estar cerca de los humanos, y suelen estar entre escombros, malezas, huecos los árboles.

Otra de sus particulares características es que no existe insecticida que lo mate, por lo que es vano y hasta peligroso arrojarle veneno para combatirlos. “Ese es un grave error de muchas personas que terminan intoxicadas por los plaguicidas”, dijo Aguirre.

La jefa del servicio del Hospital de Niños aconsejó, frente a la presencia de escorpiones, “no apilar escombros ni maderas, utilizar un calzado que cubra todo el pie y no meter las manos en los huecos de los árboles”.

Los alacranes son motivo de consulta frecuente todos los años, aseguró la pediatra, y como se trata de un animal que irrumpen en los meses de calor las atenciones en el servicio se prolongan hasta marzo o abril. “No hemos tenido envenenamientos graves en la Región -aclaró Aguirre-, pero sí hubo un caso grave en la capital federal”.

El Servicio de Toxicología Pediátrico atiende a chicos de hasta 14 años, pero asiste con asesoramiento telefónico durante las 24 horas sin distinciones de edad. Es, además, un centro de referencia provincial. Los números para comunicarse son el 451-5555 y el 0-800-333-1133.

 

100

Es el promedio de consultas originadas en el contacto con alacranes y arañas, venenosos o no, que recibe al año el servicio de Toxicología Pediátrica provincial, con sede en el Hospital de Niños “Sor María Ludovica”.

 

 

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