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Tras alcanzar la popularidad con “Crepúsculo”, vuelve ahora al cine convertido en un actor maduro cuyo nombre suena a Óscar
Robert Pattinson dio su primer salto a la fama juvenil cuando interpretó a Cedric Diggory en la saga Harry Potter. El papel que lo catapultó como ídolo adolescente vino con otra saga literaria, “Twilight” (Crepúsculo): durante las cinco entregas que adaptaron las novelas de Stephenie Meyer a la gran pantalla, Pattinson se puso en la vampírica piel de Edward Cullen, el protagonista e ídolo “teen” del momento.
Por las venas del actor corre auténtica sangre “vampírica”, por lo que el rol quedaba a la perfección al galancito pálido: según la web de genealogía ancestry.co.uk, Robert Pattinson está emparentado con el emperador Vlad III “el empalador”, del siglo XV, quien inspiró a Bram Stoker para crear la leyenda del conde Drácula.
Sin embargo, Pattinson se ha esforzado desde entonces por dejar el vampirismo desde el final de la saga “Crepúsculo”. Y tras varios papeles maduros en los que ha llegado a encarnar incluso al pintor española Salvador Dalí (“Little Ashes”, 2009) o a lograr el premio a mejor actor en el Festival de Cine de Strasburgo (Francia) con “How to Be” (2008), Pattinson es hoy una de las grandes del cine independiente y llegó a los cines porteños (podría llegar esta semana a los cines locales), con el filme “Viviendo al límite” (“Good Time”), una de las sorpresas cinematográficas del año que ha llevado a los medios y las redes a hablar del renacer del actor.
Un renacer que ha llevado a Patterson a interpretar personajes que no recaigan en unos rasgos delicados y aristocráticos que vienen de cuna: el 13 de mayo de 1986, Robert Pattinson (31) vino al mundo en la capital de Reino Unido, Londres y, según desveló también ancestry.co.uk, está emparentado con la realeza británica, ya que es primo lejano de los príncipes Guillermo y Enrique.
Eso sí, el parentesco es tan distante, que su vida no tuvo nada que ver con la de la corona, y, criado en el suroeste londinense, asistió a varias escuelas, pues de la primaria Tower House School para hombres, fue expulsado con tan solo doce años por tener malas notas, y tuvo que matricularse en la mixta Harrodian School. A esa misma edad empezó a desfilar y posar para el mundo de la moda, debido a que, en sus propias palabras, “era un chico muy alto, algunas personas incluso decían que parecía una chica, por lo que conseguía muchos trabajos, ya que por aquel entonces estaba muy de moda el “look” andrógino”.
Sin embargo, todo cambió cuatro años después: “Me llegó la pubertad, comenzaron a salirme vello y barba, y empecé a crecer más. Con los años, supongo que mi aspecto empezó a parecer un poco más ‘gay’ y nadie me daba trabajo. La verdad es que mi carrera como modelo fue poco exitosa”.
Que su mundo era el de la interpretación más que el de la moda, lo tuvo claro entonces. Con tan solo quince años, ingresó en la Compañía de Teatro Barnes para principiantes e interpretó diversos papeles en obras como “Macbeth”, “Anything Goes” y “Tess of the D’Urbevilles”.
Pattinson también apareció en televisión en alguna película, como la alemana “Ring of the Nibelungs” (2004), que se basaba en el épico “Cantar de los Nibelungos” y, mostrando su talento polifacético, también tuvo su propia banda de música “Bad Girl”.
A finales de 2005, Robert Pattinson encarnó a Cedric Diggory en la cuarta entrega de Harry Potter, “Harry Potter and the Goblet of Fire”, lo que le valió para darse a conocer entre los jóvenes y comenzar a convertirse en el ídolo adolescente en el que se consagraría más adelante.
Y ese pistoletazo de salida hacia la fama, que le valió ser nombrado “Estrella Británica del futuro” y comparado con Jude Law por el diario The Times, es algo que Pattinson ha tenido presente hasta estos días: “Fue tan agradable ser parte de esa película. Eso, más que nada, cambió mi vida”, declaró recientemente para la revista Time Out London.
“Es la razón por la que no fui a la universidad. Se suponía que debía hacerlo. Serían cuatro meses de filmación, pero acabaron siendo 10 u 11 meses”, añadió el actor. “Tenía 17 años y era la única persona de mi grupo de amigos que no estaba en la escuela. Me hubiera gustado ir”.
Fue en 2007 cuando llegó esa consagración en estrella juvenil e ídolo de masas “teen”, al anunciarse que Robert encarnaría a Edward Cullen, protagonista masculino de la saga literaria “Twilight” (Crepúsculo), en su adaptación cinematográfica. Si los libros fueron un “best seller”, las películas constituyeron un éxito de taquilla, e interpretar al vampiro más famoso de la era “millennial”, catapultó del todo la fama del actor, que en 2011 confesó en el sow Regis & Kellis que “quería hacer una película americana, era lo único en lo que pensaba”.
Pattinson también habló entonces de las circunstancias en las que recibió la noticia: “Estaba hospedado en casa de mi agente, porque en aquel tiempo no tendía dinero y era un actor desempleado e inempleable, cuando Catherine Hardwicke (la directora de la película) me llamó para decirme que el papel era mío”.
“Harry Potter cambió mi vida” confesó Pattinson, que se puso en la piel de Cedric
En la vida real Pattinson tiene sangre real y está emparentado con el mismísimo Drácula
“Quería pasar a ser Connie, no interpretarlo. Desaparecer y ser un fantasma”
Además, el actor admitió otra motivación: “me gustaba la idea de trabajar con Catherine y con Kristen”, dijo refiriéndose a su compañera de reparto, la actriz Kristen Stewart. De hecho, el romance entre Edward y Bella traspasó la ficción y ambos actores estuvieron involucadros sentimentalmente. Esta relación, que generó en internet diversos rumores sobre si era un fraude o una realidad, mantuvo expectantes a todos los fans y el mísmisimo Donald Trump la comentó a través de tuits en los que atacaba a la actriz y aconsejaba a Pattinson finalizar el noviazgo.
Durante y después de “Twilight”, Robert participó en varias películas: “How to Be” (2008), “Little Ashes” (2009), “Remember Me” (2010), “Agua para elefantes” (2011) , o “Cosmopolis” (2012), son algunos de sus títulos más conocidos. Sin embargo, Pattinson no lograba quitarse la chaqueta de Edward Cullen, encasillado como el eterno vampiro adolescente.
Quizá por eso sus sensaciones respecto a la saga a la que debe su fama sean tan agridulces: “Todo lo que tienes que hacer es cagarla en audiciones durante cinco años y después conseguir ‘Twilight’”, afirmó durante el Vulture Festival de Los Ángeles.
Pese a todo, recuerda con cariño algunas escenas, como la del famoso parto en la cuarta entrega, “The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part 1”. “Era diferente a cualquier cosa que hubiera hecho antes. Hasta entonces no había podido interpretar a Edward de esa manera, tan consciente de su propia impotencia”, confesó en una reciente entrevista para J-14.com, en la que añadió que “fue agradable interpretar a alguien totalmente aniquilado por toda la situación”.
No obstante, Robert Pattinson ha conseguido, por fin, renacer cuál ave fénix de entre las cenizas del vampiro. El actor londinense se encargó de desmentir a quienes lo encasillaban y buscó trabajar con realizadores de renombre, como David Cronenberg (“Cosmópolis”, “Polvo de estrellas”), David Michôd (“El cazador”), Werner Herzog (“Queen of the Desert”) y James Gray (“Z: La ciudad perdid”): todo lo llevó a este momento, en el que el actor ha ganado aplausos y reconocimiento gracias a su papel en “Viviendo al límite”, de dos referentes del cine americano independiente, los hermanos Safdie, en la que el actor se ha metido en la piel de Connie, uno de sus papeles más complejos y maduros, y el mejor trabajo de su carrera.
El propio actor definió al personaje como “alguien amoral que no se interesa por nadie hasta que se ve entre la espada y la pared y se ve forzado a interesarse en algo, lo que supone una situación nueva para él”, durante una rueda de prensa en el Festival de Cannes, donde competía el filme que algunos críticos han osado llamar “la nueva ‘Taxi Driver’”.
Pattinson comentó que durante el rodaje intentó desaparecer en el equipo, convertirse “en un fantasma”, dejar la fama y el nombre y “pasar a ser Connie, no interpretarlo”, un trabajo por el que algunos lo compararon a Pacino y Oldman, mientras a su alrededor crecen los rumores de una nominación a los Premios de la Academia.
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Robert Pattinson, en una escena de “Good Time”, la película que lo tiene en consideración para los premios de la academia / efe
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