Un escenario difícil para que la Cámara de Senadores trate este año la reforma laboral
Edición Impresa | 2 de Diciembre de 2017 | 02:45

La reforma laboral acordada entre el Gobierno y la CGT parece haber entrado en un laberinto en el que va a ser difícil encontrar una salida. Por un lado, el bloque justicialista presidido por Miguel Pichetto ratificó ayer a este diario que no tratará la reforma laboral si no tiene una posición unificada por parte de la CGT. Por otro, el sector de Pablo Moyano, actual secretario general de la central obrera, que inició una escalada opositora al proyecto de ley del cual parece no tener retorno. Y además, el Gobierno duda, ante la rebeldía de Pablo Moyano, si limitar el conflicto al líder camionero o extenderlo a su padre, Hugo, al que consideran el “autor intelectual” de las decisiones del hijo.
“NO HAY NINGUNA VOLUNTAD DE TRATARLA”
“No hay ninguna voluntad por parte de los senadores para tratar el tema de la reforma laboral”, afirmó esta semana Miguel Pichetto presidente del bloque de senadores del PJ, a la vez que reclamó uniformidad de criterio a la dirigencia de la CGT.
Y apuntó contra el consejo directivo de la central obrera, al sostener que “indudablemente no hay uniformidad, no hay consistencia, no puede haber voces que surjan de la propia CGT en contra de lo que acordó”.
“Mientras no tenga consenso en el sector del trabajo, no la vamos a acompañar”, reafirmó Pichetto en relación al proyecto oficial, cuyo debate quedó postergado.
¿Hasta cuándo se postergó el tratamiento de la reforma laboral? Un vocero de confianza del senador rionegrino, dijo ayer a este diario que “hasta que los Moyano no digan que están a favor, junto al resto de la CGT, la reforma laboral no se trata”.
“No vamos a permitir otra Banelco y daremos lucha en la calle”, advirtió el camionero Pablo Moyano.
La frase desató la ira de Pichetto, que advirtió: “no sé si me van a convencer, porque no vale ninguna ley el desprestigio injusto de esta institución”. Y requirió de la presencia y del apoyo explícito en el Senado, del triunvirato que conduce la CGT la semana pasada, justo cuando estaban en Roma en un seminario laboral organizado por el Vaticano.
A partir de ese momento, la ley de reforma laboral, acordada entre el gobierno y la CGT, entró en el freezer.
LOS SINDICATOS CONTRA LA REFORMA PREVISIONAL
El jueves, la Corriente Federal de Trabajadores, conducida por el bancario Sergio Palazzo, el secretario de la CGT, Pablo Moyano y las dos CTA, realizó una importante movilización en la Plaza Congreso de la ciudad de Buenos Aires, donde algunos dirigentes – como Hugo Yasky- amenazaron con realizar escraches a los legisladores que aprueben la reforma previsional.
“A los senadores: guarda que se acabó el anonimato: el que levante la mano en contra de los jubilados va a salir publicado con fecha de nacimiento. Se acabó lo de votar contra el pueblo a cambio de nada”, amenazó Yasky en la puerta del Congreso mientras en su interior, la mayoría de los senadores del PJ levantaban la mano para aprobarla.
A esta posición contraria a la reforma, también se sumó la conducción cegetista. “No vamos a aceptar ningún cálculo que atente contra el poder adquisitivo de las jubilaciones”, dijeron.
Esta posición también molestó al bloque conducido por Pichetto que no deja de ver contradicciones en la actitud de la mesa chica de la CGT.
MALESTAR DE LA CGT CON PICHETTO
En conducción de la CGT hay malestar con el jefe de la bancada peronista en el Senado, Miguel Pichetto, por haber desactivado el debate de la reforma laboral este año, con el argumento de que la central debía definir una “postura común”.
“Nosotros fuimos claros. La posición de la CGT de respaldo a la reforma es unificada y orgánica. Que Pablo [Moyano], por un juego político, quiera hacer otra cosa es su problema”, Salvo que los Moyano acuerden con el Gobierno y la apoyen, será muy difícil que se trate este año la reforma laboral.
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