Mauricio Macri: “Si tiran piedras de ese tamaño, están dispuestos a matar”
Edición Impresa | 23 de Diciembre de 2017 | 03:07

Columnas decoradas con motivos navideños, música de villancicos y hasta un Papá Noel con barba blanca le dieron marco ayer a una jornada especial en la Casa Rosada, tal vez la última para el presidente Mauricio Macri en lo que resta del año, ya que tras los festejos de la Navidad partiría junto a su familia a la Patagonia a pasar las vacaciones, en principio hasta el lunes 8 de enero.
Por eso el tono de su discurso en el Patio de las Palmeras, donde lo escucharon empleados de la sede gubernamental, fue de despedida de año. Así, pronunció frases tales como “gracias por el trabajo realizado” o “hemos hecho mucho, pero queda mucho más por hacer”. En ese momento estuvo acompañado por su mujer Juliana Awada –vestida de rojo- y su pequeña hija Antonia.
Cerca del mandatario también estuvieron la vice Gabriela Michetti y varios ministros, entre ellos Nicolás Dujovne (Hacienda), a quien se lo vio haciendo equilibrio con unas carpetas sostenidas en una mano y una copa de champagne en la otra, mientras que Rogelio Frigerio (Interior) saludaba los funcionarios de su propia cartera, una de las que más trabajo tuvo en los últimos meses.
En ese ámbito se gestaron los acuerdos con los gobernadores que derivaron en la reforma previsional y el pacto fiscal que tantas discusiones provocó en el Congreso. Y que, en el caso del cambio de la fórmula de actualización de las jubilaciones, disparó graves incidentes en las calles aledañas al parlamento. Por eso Macri habló ayer de los disturbios y condenó a los “violentos”.
El jefe de Estado se refirió a esos hechos durante un brindis con la prensa acreditada en la Casa Rosada, del cual participó EL DIA. En el comedor presidencial, ubicado en la antesala del despacho donde toma las principales decisiones de gobierno, Macri no anduvo con vueltas: “Si uno tira una piedra de este tamaño (hizo un gesto de medida con las manos) está dispuesto a matar”, advirtió.
En la misma línea, afirmó que “no puede ser que alguien que hace un atentado sea liberado a las 24 horas”, con lo cual avaló el reclamo del fiscal Germán Moldes para que se cambie la legislación y se “ayude a que la Justicia ejerza su rol”. Como no estaba en los planes que Macri hiciera declaraciones, sus colaboradores comentaron por lo bajo: “Esto no es una conferencia”.
Pero Macri, cuyos pronunciamientos públicos son estudiados para no cometer errores, ya estaba lanzado en la charla con los periodistas: “Sí, absolutamente, tenemos que tener la mejor legislación y los mejores jueces que cuiden a la enorme mayoría de argentinos que apostamos a la convivencia pacífica”, remarcó al manifestarse contrario al denominado “festival de liberaciones”.
Mientras el jefe de Gabinete, Marcos Peña, pugnaba desde una punta de la larga mesa por escuchar lo que decía el Presidente, Macri sostuvo que “no hay una solución mágica” para enfrentar las manifestaciones violentas, ya que “la gente se va a expresar y uno no sabe cuál va a ser el violento y cuál es que no, lo cual lo hace aún más difícil”, intentó explicar el mandatario.
Antes, de manera informal, el Presidente confesó que le “duelen” algunas críticas de los medios de comunicación, sobre todo “cuando son injustas”, pero de inmediato se manifestó “partidario de la libertad de prensa y de expresión”. También demandó “responsabilidad” a los periodistas. Y respondió con picardía cuando los acreditados le reclamaron más contacto con la prensa.
Luego alzó la copa, brindó y partió hacia Olivos, donde lo esperaban los trabajadores de la quinta presidencial para su propio brindis. Y el “héroe” que se vistió de Papá Noel con 35 grados se pudo sacar el traje.
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