El Teatro del Lago sigue en estado de casi total abandono

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Hace ya demasiado tiempo que el Teatro del Lago, situado en el corazón del paseo del Bosque se exhibe como una suerte de verdadera ruina o como una joya arquitectónica ganada por las malezas, el herrumbre y el moho, tal como lo testimonió una nota publicada en este diario. Lo cierto es que en los últimos años se formularon promesas referidas a que ese lugar comenzaría a recuperar su perdido esplendor, pero los anuncios y algunas acciones preliminares no se convirtieron, finalmente, en hechos concretos.

Ahora acaba de hacer agua una licitación que apuntaba a rescatarlo de la situación de decadencia en que se encuentra, inactivo, además, desde hace algo más de diez años. El proceso licitatorio fue declarado desierto en el área provincial de Cultura, bajo cuya órbita se encuentra el Teatro del Lago, estimándose que en el curso de 2018 volverá a tramitarse una nueva convocatoria. Las fuentes aseguraron que se desplegará una serie de acciones de carácter preventivo, como la colocación de barreras y dispositivos de seguridad. Se explicó que la licitación resultó fallida, ya que las cuatro propuestas presentadas superaban en forma holgada el presupuesto oficial.

Oficialmente se indicó que el proyecto apunta a una restauración integral del predio, a su embellecimiento, a la realización de ampliaciones y modificaciones, así como a la puesta en valor del escenario y a la adquisición e instalación de nueva maquinaria escénica.

Lo que ocurre con el teatro puede contextualizarse con la situación de deterioro que ofrecen también otros paseos, producto de una inexplicable indiferencia de las autoridades -en ocasiones provinciales, en otras municipales- sobre la enorme potencialidad turística de la ciudad y de la Región. Existen estadísticas recientes acerca de que sólo computando los lugares y paseos dependientes de la Comuna, fueron más de un millón los visitantes que pasaron por espacios recreativos y culturales de la Ciudad en las vacaciones de invierno, incluyendo entre ellos al Pasaje Pasaje Dardo Rocha; el Coliseo Podestá; el Centro Cultural Islas Malvinas; el Zoológico; la República de los Niños y la Plaza Moreno con la Catedral, a los que deben sumarse los paseos de dependencia nacional o provincial como el Museo de Ciencias Naturales, el Ecas, la Casa Curutchet, entre otros.

Lo cierto es que el teatro sigue en estado de abandono. Así lo plantearon en forma reiterada las protestas presentadas por organizaciones no gubernamentales y vecinos, que en una oportunidad hicieron lectura pública de un documento consensuado que presentaron poco después al gobierno provincial, realizándose con posterioridad jornadas culturales en defensa del lugar.

No debiera ser necesario poner de relieve la excelencia arquitectónica y los valiosos antecedentes artísticos que caracterizaron desde su origen al emblemático lugar. Rodeado por un canal que flanquean añosas arboledas, durante largo tiempo fue escenario de las exitosas temporadas de verano del Teatro Argentino. Todo su contexto es estimable y digno de consideración especial, y el abandono que exhibe en la actualidad no sólo importa una lesión para uno de los bienes más directos del patrimonio urbano, sino que da lugar a que su desmerecimiento sea interpretado como un desprecio hacia uno de los valores más caros al sentimiento de la comunidad platense.

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