Ezeiza: el “sheriff” Granados apuesta a blindar el distrito
Edición Impresa | 13 de Marzo de 2017 | 02:28

Por Mariano spezzapria
Gobierna desde 1995 y transita el que sería su último mandato. Alejandro Granados, el único intendente del municipio de Ezeiza desde su creación, acaba de cumplir 66 años y ya prepara el terreno para la sucesión política en el distrito. Su esposa Dulce y su hijo Gastón son sus cartas principales para lograr ese objetivo. Pero antes deberá atravesar el próximo desafío electoral.
“El trabajo está en la calle, con los vecinos, para la campaña aún falta”, se ataja el jefe comunal cuando se lo consulta sobre las perspectivas que presentan las próximas elecciones legislativas en el municipio del sur-oeste del Gran Buenos Aires. Pese a que encabeza el PJ local, Granados ensaya un posicionamiento particular respecto de Cambiemos, donde lo consideran como un aliado.
El intendente lo sabe y por eso aclara: “Acompañamos al gobierno institucionalmente y buscamos soluciones para la gente de Ezeiza”, sostiene en contacto con EL DIA. En este marco, sus reuniones con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y la buena sintonía de gestión que tiene con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, son parte de la comidilla política local.
Hasta llegó a comentarse que el Gobierno bonaerense le había ofrecido el cargo vacante de ministro de la Producción, algo que Granados no confirma, pero en su entorno afirman que ese puesto no le parece atractivo, como sí lo fue en su momento hacerse cargo de la seguridad provincial, con Daniel Scioli como gobernador. Ahora está lejos del ex mandatario provincial.
El alineamiento de Scioli con la ex presidenta Cristina Kirchner es el motivo principal de ese distanciamiento. “Soy peronista, pero fui claro cuando el 10 de diciembre de 2015 dije que Cristina ya no me conduce”, reafirmó Granados. Así se refirió al discurso que dio el día en que asumió su sexto mandato como intendente, el mismo en que la ex presidenta tuvo que dejar el poder.
Granados encarna una vieja “ley política” del Conurbano, no escrita por cierto, que dice: los presidentes y los gobernadores pasan, pero los intendentes quedan. Aunque la norma que puso tope a la reelección de los jefes comunales tendrá efectos en Ezeiza. Granados podría aspirar a un séptimo mandato, pero ya prepara el terreno para la sucesión en su propio entorno familiar.
De hecho, su esposa Dulce Granados iría a la cabeza de la lista de candidatos a concejales por el PJ local, mientras que su hijo Gastón, de 38 años y actual jefe de Gabinete del municipio, se perfila como el delfín político de su padre. “La idea es blindar el distrito, sobre todo si Cristina se presenta como candidata”, admiten por lo bajo a este diario dirigentes cercanos al intendente Granados.
Traducción: el jefe comunal podría hacer el doble juego de poner a sus candidatos en la lista del PJ, pero a la vez combinar con un apoyo extraoficial a Cambiemos. En cambio, lo que nunca haría Granados es pactar con el massismo, que figura segundo en las encuestas, porque tiene motivos personales y políticos para no hacerlo desde que su hermana Leonor saltó al Frente Renovador.
De todos modos, la ex diputada provincial perdió la interna del FR con el edil Roberto “Bebe” Mosto, algunos comentan que con un “ayudín” municipal. Como fuera, el Concejo Deliberante tiene 20 miembros, de los cuales 12 (entre PJ y FpV) responden a Granados, cuatro son massistas y otros cuatro de Cambiemos, que tiene al veterinario Rubén Barabani como su referente local.
Apodado “el Sheriff” por propios y extraños, Granados identificó su marca de gestión con la seguridad. Tanto, que entre las demandas de los vecinos, eso figura recién en el quinto lugar. Y el delito se muda a distritos cercanos de la Tercera Sección, como Esteban Echeverría y La Matanza. No es un elemento menor para explicar su liderazgo desde hace más de 20 años en Ezeiza.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE