Kurt Vonnegut: el genio reeditado

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Crítico feroz de la sociedad de su tiempo -la del Holocausto y la Guerra Fría-, los temas de su textos fueron la guerra, la destrucción ambiental y la deshumanización, con personajes que se cruzan de una novela a otra -algunos mueren en un capítulo y reviven al siguiente- y tramas marcadas por su experiencia como soldado, el suicidio de su madre y la muerte de su hermana siendo joven. Ahora, en una sana costumbre de reedición de sus obras, el sello la Bestia Equilátera acaba de publicar otra de las grandes novelas del estadounidense Kurt Vonnegut, Dios Lo Bendiga, Señor Rosewater, acaso una de sus historias más desopilantes. Las renovadas ediciones de sus trabajos -que incluyen Cuna de Gato, Desayuno de Campeones o Payasadas, entre otros- se instalaron en las librerías argentinas en vísperas del medio siglo de su primera y austera publicación: los 500 ejemplares vendidos en 1963 en Estados Unidos se multiplicaron sin pausa, traducidos en todo el globo, hasta llegar a las actuales versiones de Carlos Gardin

En esta nueva entrega, el protagonista es Eliot Rosewater, multimillonario, benefactor y presidente de la fundación Rosewater, que tiene como máxima función conseguir que ni un centavo de esa fortuna vaya a parar a manos del Tesoro en forma de impuestos. Para eso, nuestro querido y excéntrico millonario no gasta su dinero apadrinando óperas o donando cuadros sino, genialidad mediante, estableciendo un consultorio de ayuda a sus semejantes.

Cuarta generación de inmigrantes alemanes, Vonnegut trabajó en el primer diario publicado por una secundaria en su país, oficio que le valió sus salarios como adulto. De joven estudió algunos años bioquímica y física, dos disciplinas que se colaron en su obra en clave Sci-Fi; y peleó en la Segunda Guerra Mundial, lo que junto a dos tragedias familiares le sumó el cinismo e intensa humanidad con que retrató la idiosincrasia de su época. El 14 de mayo de 1944, Día de la madre en Estados Unidos, peleaba con los Aliados en Europa mientras su madre Edith Lieber Vonnegut se quitaba la vida: “Ahora destruiré el mundo, es lo que dicen los bokononistas cuando se suicidan”, asegura en Cuna de gato. Meses después, con 22 años recién cumplidos, fue capturado por alemanes que lo convirtieron en uno de los siete estadounidenses que sobrevivieron a la matanza de civiles en Dresde -refugiado en un sótano que empaquetaba carne llamado “Matadero Cinco”-; y lo obligaron a apilar los cadáveres que más tarde los nazis incineraron con lanzallamas.

Murió hace diez años, meses antes de cumplir 85, a causa de un accidente doméstico en su departamento de Manhattan. Hoy ya nadie duda de genialidad y lúcido humor. Dios lo bendiga, señor Vonnegut.

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