Cómo una maratón convierte el cuerpo del atleta en un "infierno"
| 17 de Abril de 2017 | 20:02

La exigencia de una maratón es bien conocida, pero tal vez no tanto que durante el tiempo en que los corredores avanzan su cuerpo se vuelve cada vez más un "infierno".
En principio, la temperatura corporal sube febrilmente. Los deportistas comienzan con una temperatura corporal normal, pero al final de la carrera llegan a 38 grados y medio, o incluso 39 grados, indica Mark Pezarella, profesor de medicina de la universidad de Yale.
Al subir la temperatura corporal, más difícil es para el corazón bombear la sangre para mantener un flujo constante en los músculos del corredor. El problema persiste además al terminar la competencia, cuando el sudor del cuerpo comienza a enfriarse, ya que las temperaturas corporales caen en picada y el deportista puede sufrir hipotermia.
Por otro lado, los riñones sufren un "golpe". Investigadores de Yale estudiaron a 22 corredores en la maratón de Hartford 2015 recogiendo muestras de sangre y orina antes y después de la carrera y 24 horas después, y descubrieron que el 82% de los analizados sufrió una lesión renal aguda inmediatamente después de competir.
El daño renal es resultado de la disminución del flujo sanguíneo a los riñones durante la maratón, agravado por la deshidratación y el aumento de la temperatura corporal central. Durante la carrera, además, el cuerpo debe conseguir energía y luego de quemar los carbohidratos va por la grasa, por lo que el atleta debe estar muy bien alimentado.
Finalmente, muchos corredores entrenan para correr según la frecuencia cardiaca. Mientras que los adultos tienen una frecuencia de 60-100 latidos por minuto, en los atletas entrenados es de 40-60. Cerca de la final, los corredores suelen encorvarse, porque el aumento en la cantidad de lactato en sus músculos les ocasiona calambres. Literalmente, su cuerpo empieza a arder.
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