Alerta médico sobre el riesgo estacional de las enfermedades respiratorias

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Un informe médico conocido ayer pone de relieve que el cambio de las condiciones climáticas que se registra en esta época -con el comienzo de las bajas temperaturas y los altos niveles de humedad- genera condiciones de mayor riesgo para que se propaguen las enfermedades respiratorias, especialmente entre los bebés, en una advertencia que aparece como harto justificada, toda vez que se está ante una enfermedad que puede afectar hasta al 70 por ciento de los bebés menores de dos años y cuyos primeros casos empiezan a aparecer en abril y se extienden hasta julio, según alertaron especialistas.

Tal como se informó en una nota publicada ayer en este diario, la bronquiolitis es una afección respiratoria que afecta las vías aéreas inferiores o ‘bronquiolos’ que aqueja especialmente a los más pequeños. De fácil contagio y trasmisión de persona a persona por el contacto directo con secreciones nasales, la bronquiolitis representa un peligro para la salud pública por el gran número de hospitalizaciones en los bebés de alto riesgo, explicó un neonatólogo.

Se considera grupo de riesgo a los bebés nacidos prematuramente de bajo peso, o con ciertas afecciones pulmonares por haber recibido ventilación mecánica por largo tiempo. También forman parte del grupo considerado más vulnerable los niños con cardiopatías congénitas, población que tiene un riesgo entre cuarto y cinco veces mayor de hospitalización por infección respecto de los niños sanos, así como más posibilidades de evolución grave y complicaciones.

Como no existe una vacuna que evite el contagio y para prevenir la trasmisión del virus, los especialistas recomiendan cuidar al bebé siguiendo una serie de hábitos como cumplir el calendario nacional de vacunación -tanto para el niño como para quienes conviven con él-, concurrir a los controles rutinarios con el médico y evitar la contaminación ambiental con humo de cigarrillo. También se recomienda evitar el hacinamiento, impulsar y mantener la lactancia materna y cuidar la higiene, es decir, mantener limpias las manos de quienes están en contacto con el menor.

Cabe señalar que las recomendaciones sanitarias adquieren mayor significación para nuestra zona, afectada frecuentemente por inundaciones y siempre por la cercanía del Río de la Plata, en circunstancias que generan elevados registros de humedad y cuya principal secuela se traduce en una mayor prevalencia de los cuadros, especialmente entre los menores de edad.

Es verdad que en los últimos años la reaparición estacional de la bronquiolitis viene originando una lógica preocupación, de modo que además de cumplirse con los programas de vacunación y de adoptar los padres otras previsiones básicas, deben valorizarse las campañas de concientización. Ello, sin perjuicio de reforzar los planteles médicos y de enfermeros en los hospitales, en una situación que compromete la responsabilidad de los poderes públicos, claro está, sin excepción de jurisdicciones.

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