La química de un sentimiento

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En los últimos años la ciencia puso la lupa sobre el enamoramiento y destacó el lugar central que en él ocupan el cerebro y la química, especialmente un grupo de hormonas. Entre ellas, destacan el crucial papel que cumplen las endorfinas, que actúan como neurotransmisores.

Pero también subrayan otras que tienen distintos grados de protagonismo, como la norepinefrina, la dopamina y la feniletilamina.

Los investigadores reconocen tres fases del amor: en la primera reconocemos en la pareja actitudes, virtudes clave que responden a la frase “me parece atractivo”. La segunda es el momento de las fantasías desbocadas. En la tercera y cuarta fase hay más trato y actividades en común, y se crea un vínculo emocional y sexual, con una segregación importante de la feniletilamina, que también aparece en el chocolate.

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