Víctimas que se dejan lastimar por necesidad
Edición Impresa | 8 de Mayo de 2017 | 02:24
Una variante aún más turbia es la de los que se dedican a lucrar con personas de muy bajos recursos, que se prestan a una modalidad macabra: ser lastimado adrede para luego quedar internado y cobrar un seguro como si lo hubieran atropellado.
Hace algunos años salieron a la luz algunas de las estafas: reclutaban indigentes para que accedieran a someterse a recibir graves daños corporales a cambio de ínfimas sumas de dinero.
La modalidad utilizada para infligir las lesiones era la de tomar un palo envuelto en goma y causar graves fracturas, especialmente en los brazos, a las personas que se prestaban para servir a los fraudes.
Esos ataques se hacen con plena consciencia de lo que las empresas deberán pagar en concepto de indemnización.
Un paciente con roturas en huesos de piernas se paga por un determinado valor. Por una persona fallecida, el monto a abonar será mayor. Una víctima que queda cuadripléjica tras un accidente es por la que más deben desembolsar.
Los “caranchos” y todo el círculo que se mueve alrededor de ellos conoce de sobra esa tabla de valores. Y es en función de eso que, luego, se distribuye plata al policía o al camillero que pasó el dato de un internado.
“Hoy, un enfermero que pasa el dato de un fracturado cobra 20 ó 30 mil pesos”, aseguran fuentes con llegada al tema. Entonces, ¿cuánto se llevan los abogados? “Es una respuesta incierta, pero los que menos cobran son siempre las víctimas”, dicen por lo bajo.
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