En la Selección, hay un cambio en marcha

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Por EDUARDO TUCCI

Después de cinco entrenamientos y noventa minutos de juego no puede pretenderse llenar de contenidos a una estructura vacía, jaqueada por los constantes manotazos de Bauza en su breve ciclo como conductor. Más allá de algunos desarreglos, que se hicieron más notorios en el fondo, y del agudo bajón del segundo tiempo quedó la sensación de que hay un cambio en marcha. Eso sí, con propuestas que para consolidarse necesitan de un factor que escasea: tiempo.

En el bosquejo que presentó Sampaoli aparecieron como herramientas fundamentales la presión –hasta el propio Messi dio indicios de ello en los primeros pasajes del partido--, el convencimiento para mover la pelota sin dividirla, el compromiso a muerte con la posesión y la búsqueda de un equipo en el que predominen la solidaridad y la velocidad. En la columna del debe quedaron los notorios desajustes observados en los retrocesos, los padecimientos con las pelotas aéreas y ausencia de sorpresa en los hombres de ataque.

Le tocó al nuevo DT poner en marcha el ciclo frente a un rival de fuste que cuenta con muchos más kilómetros recorridos e incluso hizo méritos como para no quedarse con las manos vacías. El resultado, en definitiva, es sólo una anécdota y lo peor que nos podría ocurrir sería colgarnos del triunfo: ahora hay que aprovechar al máximo lo que queda de aquí a los exámenes por los puntos. Convertir las pinceladas de cambio, observadas durante el clásico, en un rendimiento sostenido y confiable debe ser la meta a alcanzar.

El triunfo seguramente servirá como envión anímico para lo que viene. Los jugadores –la mayoría sometidos por la tremenda agenda que le impone la temporada europea-, le pusieron el hombro a la propuesta del flamante orientador con un buen despliegue que abarcó incluso los momentos del segundo tiempo en el que empezaron a crujir las estructuras.

Otro rasgo de la nueva era tiene que ver con la aparición en escena de nombres que forman parte de un recambio muchas veces reclamado: al término del partido estuvieron en cancha Correa, Tagliafico, Guido Rodríguez, Mammana, Lanzini y Acuña.

A la hora del balance, en la libreta de apuntes del nuevo cuerpo técnico seguramente deberán estar señaladas en rojo las dificultades de Otamendi y Maidana para cubrir espacios, la lentitud para contener los desmarques de Gabriel Jesús –una pesadilla--, y la pérdida absoluta del control del juego en todos los sectores cuando Brasil se les fue al humo en la segunda mitad. En definitiva, los palos y la suerte impidieron que los de Tite sometieran a Chiquito Romero.

En cuanto a Messi, esta vez faltó a la cita. Apagado, lejos de la acción y sin la explosión de siempre. Seguramente le costó bajarse de un día para otro de las vacaciones aunque también habrá que ver si le faltaron laderos más visibles. Dybala fue otro que tampoco estuvo a la altura de los pergaminos.

Pasó el debut. Se viene la etapa de las concreciones. El rodaje resultará decisivo para establecer si algunas intenciones que entusiasman se convierten en un estilo definitivo.

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