“Se les habla, pero casi ninguno nos escucha”

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JUAN CLAURE
Comisario de City Bell

Los policías, en una enorme mayoría, también son padres y pasaron por el trabajoso proceso de educar a sus hijos. De ahí que ellos a menudo asuman la función de hablar con los nenes o adolescentes que llevan a la comisaría después de robar o hacer algún destrozo.

“Claro que se les habla, aunque casi ninguno nos escucha. Les decimos que tienen que estudiar, que les puede pasar algo. Lo mismo hacemos con los padres”, señaló el comisario Juan Claure.

Con 22 años en la Bonaerense, el policía vio cambiar los hábitos y actitudes de los chicos marginados que terminan cayendo en actividades delictivas. El opina que, comparado con finales de los noventa, hoy los menores salen a cometer delitos a una edad más baja: “Antes había mucho más respeto hacia la policía y hacia lo que te podían llegar a decir tus padres si te portabas mal. Te daban, como mínimo, un sermón. También había contención de instituciones como las parroquias, donde se podían aprender oficios. Hoy pareciera que a nadie le importa nada”.

 

 

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