El cura abusador quiere “formar una familia”, pero está prófugo

Se lo comunicó en una carta al papa Francisco. Pero ante la Justicia no aparece

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El sacerdote Carlos José, investigado por presunto abuso de menores en un colegio de Caseros, envió una carta al papa Francisco en la que renuncia al ejercicio religioso porque quiere “formar una familia”, informó ayer el obispado de San Martín, aunque fuentes del Vaticano sostuvieron que tal presentación no impide un juicio canónico.

“El padre José renunció el 26 de junio porque quería formar una familia, así que es imposible que podamos abrir un proceso canónico porque él ya no es más cura, no tiene una relación formal con la Iglesia: por eso, el procedimiento se llama renuncia y suspensión”, aseguró el vicario de San Martín, Eduardo González.

Sin embargo, fuentes calificadas del Vaticano precisaron que la presentación del sacerdote no tiene ninguna validez y tampoco impide el inicio de un juicio canónico.

José está imputado por abuso sexual simple y agravado ultrajante de al menos dos menores cuando se desempeñaba en el colegio San Francisco Javier de Caseros.

Fuentes de la Unidad Fiscal de Investigaciones 14 de San Martín, a cargo del caso, informaron a su vez que todavía no se ha podido hallar al cura para comunicarle la imputación, y además admitieron la posibilidad de que sea declarado “prófugo”.

Asimismo, las fuentes de la Fiscalía indicaron que se ha tomado contacto con otras presuntas víctimas del sacerdote.

Las denuncias fueron presentadas el 6 de abril pasado pero en el Obispado de San Martín negaron que el cura haya renunciado por esas acusaciones.

“No, de oficio no se puede hacer nada porque tiene que declarar la víctima. Si no hubiera renunciado sí se podría haber hecho”, dijo el vicario de San Martín al ser consultado acerca de si de todos modos podía iniciarse una investigación canónica.

Pero las fuentes del Vaticano insistieron en que la renuncia de José no tiene validez y que de todos modos la Iglesia podría iniciar una investigación propia.

“La renuncia implica que el sacerdote no reconoce ninguna autoridad a la Iglesia. No tiene ninguna validez, porque no se pude decir ‘me voy’”, se explicó desde el Vaticano.

En tanto, el obispo Sergio Buenanueva, quien preside en Argentina la comisión encargada de informar sobre los casos de abusos, precisó que el proceso canónico lo debe iniciar la diócesis a la que pertenece el sacerdote acusado, es decir la de San Martín, en manos del obispo Guillermo Rodríguez Melgarejo.

“Cuando se presenta una denuncia el sacerdote debe ser apartado y en eso el papa Francisco es muy claro, hay que aconsejar a la víctima que haga la denuncia penal”, aseguró Buenanueva, quien confirmó que una de las denunciantes, Mailin Gobbo, se contactó con él. “Yo le aconsejé que recurriera al obispo y también que vaya a la justicia”, agregó.

Mailin había dicho que decidió contactarse con Buenanueva ante la falta de respuestas que tuvo por parte del Obispado de San Martín.

Buenanueva no descartó que se pudiera iniciar un proceso contra monseñor Rodríguez Melgarejo, ya que en 2009 se había presentado en su obispado la primera denuncia contra el sacerdote José.

“El Papa Francisco impulsó una reforma al código canónico por la cual se actualizaron las normas existentes y se incorporó la respuesta inadecuada a una denuncia por abuso al delito de negligencia en su oficio. Si el obispo incurrió en este delito puede ser tratado en la Congregación de Obispos de la Santa Sede”, señaló Buenanueva.

 

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