Le hizo frente a la altura
Edición Impresa | 14 de Julio de 2017 | 05:12

Siempre que hay que ir a jugar a Bolivia, entre otros países, aparece el tema de la altura. Temida y respetada lleva a que se tomen todas las medidas necesarias para que un deportista no sienta el rigor. Estudiantes se adaptó casi sin problemas. No es que los jugadores terminaron como para ir a un baile, pero tampoco se notó que hayan sufrido como otros planteles.
El planteo ayudó y mucho. Estudiantes salió a jugar con cautela, a esperar al rival y cuando se hacía del balón trató de tenerlo lo más posible y siempre bien direccionado. Así jugó gran parte del partido. Tuvo momentos difíciles, especialmente en el arranque y los supo controlar muy bien. También es cierto que el rival no demostró un gran poderío tanto en lo individual como en lo colectivo. Tampoco intentó aprovechar que estaba jugando en la altura y más sabiendo lo que le cuesta en esas circunstancias a los rivales. Fue un equipo lento, sin proyecciones y todo eso favoreció al Pincha. Las corridas por el lateral de Diarte, las constantes subidas de Ascacibar en velocidad al igual que Lucas Rodríguez fueron testigo que “sobró aire”. Los más jóvenes dejaron hasta lo que no tenían y los veteranos pusieron su granito de arena para no sentir los efectos de los más de 4.000 metros de altura.
Salvo la salida de Pablo Lugüercio donde sí se notó algún cansancio, dentro del campo no se observó a ninguno con síntomas de agotamiento total.
Estudiantes le hizo frente a un rival que ofreció poco, pero que tenía a la altura como gran aliado. Sacó un aprobado con una victoria que lo deja muy bien parado para la revancha.
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