La calle Nueva York, otro recurso turístico que se desaprovecha en la Región
Edición Impresa | 3 de Julio de 2017 | 03:57

La próxima llegada del receso invernal que, al igual que todos los años anteriores, se traducirá en el arribo de contingentes de turistas a distintos paseos de la Región, también originará desilusión cuando esos grupos encuentren en nuestra zona recursos turísticos de enorme valor, completamente desaprovechados. Ello es lo que ocurrirá, por ejemplo, con la emblemática calle Nueva York de Berisso, declarada sitio histórico nacional y, sin embargo, sumida en el más completo abandono desde hace muchas décadas.
Existieron, como se sabe, diversos proyectos impulsados en los últimos años para poner en valor las propiedades históricas que la caracterizan, potenciando su indudable pintoresquismo y, por qué no, su esplendor propio del progreso pujante que caracterizó al Berisso de fines del siglo XIX y principios del 20. Sin embargo, la calle Nueva York no logra salir del estado de postración y decadencia en que se encuentra.
Se sabe que conocidos artistas que nacieron en ella, ya famosos volvieron a su barrio y pretendieron impulsar el arreglo de veredas y de la escuela, restaurándose los conventillos e intentando abrir en ella una cadena de restaurantes de todas las colectividades, con el apoyo crucial del Municipio, con la finalidad de devolverle a Berisso una calle que le dio historia a esa ciudad. Sin embargo, no se pudo avanzar en esos proyectos.
Símbolo del movimiento obrero de la Región; testimonio de un tiempo y un lugar donde el Puerto, los frigoríficos y el ferrocarril bullían al ritmo de miles de inmigrantes que llegaban de una Europa devastada y se instalaban en la zona en busca de un futuro posible; y declarada, justamente por la significación de su pasado, Sitio Histórico Nacional, de la emblemática calle Nueva York no queda más que un despojo.
Claro que nuestra región cuenta con lugares cargados de historia y de valores plásticos y urbanísticos de primer nivel, que sólo necesitan un mínimo apoyo oficial. Entre ellos se encuentran los muchos paseos de Beriso y Ensenada, la Iglesia Ortodoxa Griega, el propio puerto, el fuerte Barragán y, claro, la calle Nueva York.
Incluir a nuestra zona en el circuito turístico de fines de semana, para atraer así a visitantes nacionales y extranjeros, implicaría potenciar una actividad que, a su vez, estimularía el desarrollo general. Sin embargo, las autoridades locales se han mostrado remisas o, si se quiere, erráticas a la hora de concretar un objetivo que, además, no es utópico y se encuentra al alcance de la mano.
Se ha dicho reiteradamente que nuestra zona tiene un excelente potencial turístico que, desde la terminación de la Autopista, debió haber sido explotado ya en forma inexcusable. Pero la llegada rápida que ofrece esa vía necesita, por supuesto, que los municipios involucrados cumplan además con sus obligaciones básicas y garanticen, asimismo, el adecuado mantenimiento de las principales atracciones.
Las vacaciones de invierno y, desde luego, las correspondientes a la temporada veraniega, en las que la Región suele verse atravesada por miles de personas que quieren disfrutar de sus paseos –pero sin que ninguna estructura receptiva, debidamente diagramada, se haya ocupado de facilitar su presencia, ofreciéndoseles a los turistas buena folletería, mejor señalización del viaje desde el área metropolitana, un servicio de guías y una eventual y conveniente disponibilidad hotelera- demuestran la necesidad imperiosa de que se mejore sustancialmente la oferta turística regional.
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