“Es crecer y padecer”
Edición Impresa | 2 de Agosto de 2017 | 02:07
Los adolescentes asumen constantemente conductas de riesgo como forma de probarse. Si bien es cierto que el organismo tiene todos sus mecanismos de defensa fisiológicos en condiciones de optimización, su cerebro no ha madurado lo suficiente para manejar adecuadamente las conductas de riesgo. Por eso, cuando le pedimos al adolescente que sea maduro, le pedimos algo imposible porque la ‘máquina’ no está preparada. Esto los hace más propensos a sufrir accidentes, la primera causa de muerte adolescente, pero también de ser asesinados, la tercera causa de muerte entre los varones de 15 a 19 años en Argentina. Los bajones anímicos que acompañan los conflictos adolescentes tienen una gran incidencia, por otra parte, en las muertes autoinflingidas. La adolescencia tiene dos significados: significa crecer pero al mismo tiempo padecer. Los dolores del crecimiento no sólo son los físicos sino los anímicos, lo que hace que el adolescente sea más vulnerable a las crisis familiares o de pareja, al consumo de drogas, el rechazo, la violencia, el bulling…Y de aquí vienen todos los problemas psicológicos de estrés, angustia y depresión en el adolescente.
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