Revuelo científico por un gliptodonte de 8 millones de años de antigüedad

Un equipo de científicos del Conicet halló en la provincia de Jujuy restos fósiles de un gliptodonte cuya antiguedad se remonta a ocho millones de años, que fueron encontrado en cercanías del río Xibi Xibi, en la capital jujeña, donde se lleva a cabo una obra de infraestructura, según confirmaron ayer los autores del hallazgo.

Los científicos pusieron de relieve que los últimos restos fósiles encontrados en la zona datan del año 1978. “Estamos hablando de restos no muy comunes, hace unos 40 años que no se encuentra algo similar”, dijeron.

“El lunes pasado hallamos los restos del gliptodonte”, señaló la geóloga becaria del Conicet, Ornela Constantini, al indicar que en la zona, desde hace tiempo, “se está estudiando la geología de las barrancas del río y estamos esperando las autorizaciones para comenzar los estudios de la parte paleontológica”.

“Específicamente los restos que encontramos nosotros podemos decir con certeza que son de más de 8 millones de años”, señaló por su parte el paleontólogo Marcos Ercoli.

“El estudio geológico de la zona permitió datar los sedimientos, hay un nivel que es muy conocido como indicador de tiempo y es encontrado por debajo de ese nivel”, explicó.

Ercoli indicó además que los restos pertenecen a “un armadillo de aproximadamente un metro y medio”.

El paleontólogo puntualizó que el animal se encontraba semi enterrado en una barranca del río. “El animal estaba con la cabeza hacia adentro del sedimento”, dijo y agregó que “estaba cortado el caparazón”.

UN TRABAJO INTERDISCIPLINARIO

Por su parte, Constantini valoró la importancia de trabajar de manera interdisciplinaria entre la geología, la paleontología y otras áreas, “porque gracias al trabajo en conjunto se puede saber en qué ambiente vivía este ejemplar y el tiempo que llevaba enterrado”.

Sobre el rescate de los restos, explicó que demandó un trabajo de 12 horas para retirar las rocas del lugar y dijo que posteriormente fueron trasladados al Instituto de Geología y Minería dependiente de la Universidad Nacional de Jujuy.

“El hallazgo es muy importante porque el área está muy poco estudiada y se conoce poco de los animales que habitaban hace 8 millones de años en San Salvador de Jujuy, y empezar a estudiar las especies extintas nos va a permitir entender cómo eran y cómo evolucionaron”, sostuvo.

El equipo de científicos que interviene en la investigación está integrado además por la bióloga Alicia Alvarez y el geólogo Juan Pablo Villalba, todos estudiantes becarios del Conicet.

En relación a los trabajos futuros, dijeron que seguirán “con los trabajos expeditivos haciendo mayor hincapié en la parte geológica y paleontológica” debido que “estamos desarrollando un proyecto diseñado para estudiar el sur de la provincia”.

“Nuestra idea es hacer excursiones y expediciones en los afloramientos principales de los ríos de esta zona, con la idea de revelar y rescatar todos los fósiles que podamos para que queden en la provincia para que sean estudiados”, indicaron.

También los investigadores señalaron que por el ambiente geológico que hay en esta región, “sería lógico encontrar otros ejemplares y tenemos fe que podemos conseguirlo”.

Adelantaron a su vez que se avanzará en la divulgación del descubrimiento con la comunidad científica a través de reuniones de especialistas, y posteriormente se buscará publicar los artículos debidamente evaluados por sus pares.

Finalmente, reiteraron que por los antecedentes bibliográficos de la zona se presume que se pueden hallar otros restos fósiles, por lo que se seguirán con los estudios expeditivos por los valles de Jujuy.

EL CAPARAZON BLINDADO

El Gliptodonte era un enorme mamífero prehistórico que vivió en América del Sur y cuya característica principal era su capa protectora, un caparazón que lo blindaba y protegía de los depredadores de la época.

Este herbívoro prehistórico estaba muy bien diseñado, ya que su capa protectora le proporcionaba la seguridad para evitar ataques de sus depredadores.

Esta coraza ósea era muy resistente, y era capaz de soportar mordidas de tigres dientes de sable y lobos gigantes, entre otras especies agresivas.

Según la descripción de los científicos, se trató de un animal pesado, poco ágil, del tamaño de un hipopótamo actual y con una fuerza descomunal.

Sus huesos fueron robustos y duros, ya que tenían que soportar un peso concentrado que fácilmente superaba los 2.000 kilos, y la altura de un hombre.

Sus restos fueron detectados a partir de una parte de la coraza, y rescatarlos demandó un trabajo de 12 horas.