El vandalismo llegó a la nueva señalización de las diagonales
Edición Impresa | 18 de Septiembre de 2017 | 02:30

Las agresiones sin fin que sufre el mobiliario urbano sumaron en las últimas semanas un nuevo blanco: se trata de los “parantes” que colocó el Municipio en numerosas ochavas de la Ciudad para evitar que se estacionen vehículos sobre el espacio pintado de color arena y destinado a los peatones.
Los primeros delineadores flexibles y reflectivos fueron colocados a mediados de abril en distintos tramos de la diagonal 74 y desde entonces se extendieron a diferentes corredores como una medida que apuntó a “una mejor organización de los flujos peatonales y vehiculares”.
Sin embargo el vandalismo pronto hizo de las suyas y a muchos de esos parantes ya los arrancaron, rompieron o pasaron por arriba. En diagonal 80 y 3 hubo uno que duró menos de una semana. Frentistas denunciaron que en diagonal 79 y 6 hubo quienes sacaron los bolardos amarillos porque “les molestaban”.
Y en una esquina de diagonal 74 y 2, de todos los que pusieron, quedaba apenas uno.
El primer grupo de bolardos fue colocado en diagonal 74 y 42, donde habitualmente la zona era utilizada por los taxistas que se agrupaban en esa esquina como una extensión virtual de la parada de la Terminal de Omnibus, en la que se podían ver hasta cuádruples filas de vehículos de alquiler que obstaculizaban el paso peatonal y generaban complicaciones al tránsito vehicular.
CONTROL
Al respecto, desde la Subsecretaría de Movilidad Urbana se aclaró que “se mantiene un constante control sobre los dispositivos instalados en diversas zonas de la ciudad, y que tanto los bolardos que fueron dañados por algún vehículo, como los vandalizados o removidos sin autorización, serán reparados o remplazados, en los casos que sea necesario”.
En ese sentido, se detalló que “todavía se están llevando adelante tareas de reordenamiento de tránsito e intervenciones peatonales en otras importantes vías, por lo que se seguirá trabajando en este tipo de sistema”, se aclaró.
SILLONES EN PROBLEMAS
En tanto, los sillones que fueron colocados en la vereda de 10 entre 46 y 47, del lado del teatro Coliseo Podestá ya están en estado inutilizable porque se llenaron de excrementos.
“Debieran haber previsto algún mecanismo para protegerlos, porque hace poco que fueron colocados y ya están llenos de caca de paloma y otros desechos. Si bien la intención es buena, termina desvirtuándose por diferentes razones”, apuntó Estela Ruiz, vecina que suele pasar por lugar por cuestiones laborales.
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