La lluvia y el barro presentes en la segunda etapa del Dakar, en caminos bolivianos
Edición Impresa | 14 de Enero de 2018 | 04:38

El español Carlos Sainz (Peugeot) pasó ayer a comandar el Rally Dakar al ganar la séptima etapa entre La Paz y Uyuni, en territorio boliviano, y aprovechar una avería técnica del coche de su compañero de equipo, el francés Stephane Peterhansel.
Para recorrer los 425 kilómetros cronometrados, Sainz empleó 4h. 24m. 23s., dominando por 11m. 21s. al sudafricano Giniel de Villiers (Toyota) y por 13m. 51s. al tercero, el qatarí Nasser Al-Attiyah (Toyota).
Un desperfecto en el Peugeot de Peterhansel, producido en el kilómetro 186, cuando sufrió la rotura del triángulo de suspensión, ocasionó una demora de una hora y 43 minutos.
De esta forma, Sainz aprovechó la contingencia para pasar a comandar la clasificación, con un tiempo acumulado de 21h. 41m. 38s., con una diferencia de 1h. 11m. 29s. sobre el qatarí Al Attiyah y de 1h. 20m. 54s. de ventaja sobre el sudafricano De Villiers, quien está tercero en la general.
La lluvia y el barro se convirtieron en escollos naturales por lo que la séptima etapa resultó extenuante para muchos pilotos.
En la división motos, el francés Adrien Van Beveren (Yamaha) comanda la clasificación general, con 3 minutos 14 segundos de ventaja sobre el salteño Kevin Benavides (Honda), que ayer llegó tercero en la etapa, a 8m. 02s. del español Joan Barreda Bort (Honda), cuya continuidad en la prueba quedó en duda, a partir de una dura caída que sufrió.
En camiones el cordobés Federico Villagra sigue firme y volvió a quedarse con otra etapa con un tiempo de 24h32m34s y sigue recortando tiempos con el líder, el ruso Nikolaev para afianzarse como escolta a 49m47s de la punta.
La octava etapa se correrá hoy entre Uyuni-Tupiza, en el sur de Bolivia, bajo la modalidad maratón y sin asistencia técnica. Será la más larga de esta edición 2018 del Dakar con 498 kilómetros cronometrados.
las comparaciones de marc coma: ¿áfrica o sudamérica?
Marc Coma es una de las leyendas del Rally Dakar. El español brilló arriba de su moto y fue campeón de la carrera tanto en África como en Sudamérica. Actualmente es el director deportivo de la competencia, por lo que su voz es por demás autorizada al momento de analizar las diferencias en ambos continentes. En cuanto a la logística dijo que: “Las rutas, ciudades, servicios y comunicaciones de Sudamérica son muy importantes. La civilización está presente siempre, por lo que la logística es mejor para los equipos y los viajes entre etapas son más sencillos. En África el desierto era eso: desierto, con una logística muy compleja”.
Ahora hablando de las comodidades (lo más celebrado por los veteranos) explicó: “Gracias a su mejor red de carreteras, los equipos oficiales y la mayoría de los privados hemos podido utilizar, desde la segunda edición sudamericana, nuestros propios motorhomes o caravanas. Mover el campamento por África era un trabajo faraónico”.
África de seguro tiene sus complicaciones, pero en esta parte, por ejemplo en Bolivia, el Dakar encontró un escollo desconocido: el mal de altura: “Si bien es cierto que el desierto del Sáhara es incomparable, desde que corremos en Sudamérica tenemos que adaptarnos a una situación que ha llegado a ser muy peligrosa: la altitud. En 2018, habrá cinco días en los que se correrá a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar. No hay formación específica para esta situación”, finalizó.
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