Un homenaje al color

Recorrer el Museo Yves Saint Laurent en Marrakech es toda una experiencia y no sólo para los amantes de la moda

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El nuevo Museo Yves Saint Laurent en Marrakech está dedicado no solo a la obra del modista fallecido en 2008 sino también a Marruecos. Está situado en la calle que lleva su nombre y junto al Jardín Majorelle, que el diseñador había comprado en 1980.

Los pequeños azulejos verdes en la entrada recuerdan a las baldosas en los minaretes cuadrados de la ciudad marroquí. Una parte de los muros tiene un brillo de color rosa, al igual que las montañas de granito en el Valle del Ourika, que se encuentra a alrededor de una hora de Marrakech.

La construcción del museo costó unos 15 millones de euros (17,7 millones de dólares) y la inició el administrador de la herencia de Laurent, Pierre Bergé. La obra de Yves Saint Laurent le debe mucho a este país, escribió Bergé en el prólogo de la guía del museo. Por eso, agregó, es bastante normal que tal museo haya nacido en Marrakech. Bergé fue el amante, el mecenas y el mánager del diseñador.

Bergé, quien junto con Yves Saint Laurent fundó en 1961 la famosa casa de moda homónima, no pudo presenciar la inauguración del museo porque murió el 8 de septiembre a la edad de 86 años.

Después de la muerte del modista, Pierre Bergé dedicó sus esfuerzos a la construcción de los museos en Marrakech y en París. Este último se inauguró a principios de octubre en los antiguos talleres de la casa de moda. En ambos se exhiben las creaciones de ensueño del modista.

En París, la exposición abarca una superficie de 400 metros cuadrados, en Marrakech 4.000 metros cuadrados.

Las guías turísticas llaman a Marrakech la “perla del sur”. Yves Saint Laurent descubrió la ciudad por primera vez en 1966 e inmediatamente compró una casa en el centro histórico, Dar el Hanch, la casa de la serpiente. Desde entonces, la pareja formada por Saint Laurent y Bergé visitó con frecuencia Marrakech. La ciudad se convirtió en su oasis creativo.

La vida en la ciudad marroquí, de unos 1,5 millones de habitantes, introdujo nuevos colores en la obra del diseñador, como ilustra también la exposición permanente del museo, que presenta unas 100 creaciones de ensueño. A la izquierda se ven los conjuntos negros que había diseñado en los primeros años de su carrera y el esmoquin para mujer con el que Saint Laurent puso patas arriba las convenciones. A la derecha resplandecen sus vestidos de gala en colores maravillosos.

Todas estas creaciones nacieron después de la primera estancia del modisto en Marrakech.

El desfile de colores comienza con la famosa capa de seda de Saint Laurent, adornada con flores de buganvilla de color lila como las que se pueden ver en el vecino Jardín Majorelle, y termina con un vestido de noche azul, un homenaje al pintor Henri Matisse.

Cuando Bergé y Saint Laurent compraron el jardín, éste estaba totalmente abandonado. Hoy, el visitante pasa entre unas 300 especies de plantas en todos los tonos contrastantes verde-azules. “Sueño muchas veces con estos colores”, dijo Yves Saint Laurent en cierta ocasión sobre su jardín, que atrae cada año a hasta 800.000 visitantes.

La Fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent encargó la construcción del museo a “Studio Ko”, de los arquitectos Olivier Marty y Karl Fournier. Los dos trabajan con frecuencia en Marruecos y tienen la misma pasión que en su momento Yves Saint Laurent, porque también su arquitectura juega con el color y la luz.

Dependiendo de la hora del día, la fachada de granito y ladrillo resplandece con colores rosa y rojo. En la entrada, donde fuentes de luz con forma de rayas captan los rayos de sol, el azul y el amarillo son los colores que brillan. Los efectos son hermosos, parecidos a los bordados multicolores de las creaciones de Yves Saint Laurent.

 

Más info
Información básica: Marrakech Alojamiento: En Marrakech hay numerosos riads a buen precio. Los mochileros pueden encontrar alojamiento de bajo coste en la Medina. Los hoteles de lujo ofrecen en temporada baja habitaciones desde 90 euros (75 dólares) por noche. Cuándo viajar: Las mejores épocas para visitar Marrakech son la primavera y el otoño, cuando no hace demasiado calor ni demasiado frío. En pleno verano, las temperaturas pueden superar los 40 grados. Página web del museo: www.museeyslmarrakech.com/fr.

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