Basurales a cielo abierto y los graves riesgos sanitarios

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El problema de los pequeños basurales a cielo abierto que no cesan de crecer, tanto en extensión como en la cantidad existente, a los que puede verse esparcidos en distintos barrios, ya sea en descampados como en veredas y esquinas, formados por bolsas de residuos, ramas y otros desperdicios que algunos vecinos desaprensivos arrojan en forma cotidiana, se ha convertido en problema crónico y muy grave para la Región. Lo que pareciera es que, salvo excepciones, no existiera la intención de erradicarlos ni tampoco un plan concreto para lograr su desaparición definitiva, con la excepción de algunas acciones aisladas en las que casi nunca se persevera.

Una reciente nota publicada en este diario aludió a los reclamos de vecinos de Villa Elvira por un basural instalado en un terreno ubicado en ese barrio, que viene creciendo ante el verdadero aluvión de residuos que recibe en forma cotidiana. Los pobladores aludieron, asimismo a la presencia de olores nauseabundos en ese predio ubicado en cercanías de 1 y 88, con la consiguiente proliferación de roedores.

La protesta vecinal apuntó, asimismo, a las consecuencias nocivas de tipo sanitario que implica ese verdadero foco infeccioso, que se extiende, indicaron, a metros de los edificios pertenecientes a l Escuela Experimental Municipal y a la Provincial 2. Asimismo, pusieron de relieve que estas circunstancias fueron transmitidas en forma reiterada ante el delegado comunal de la zona y al teléfono 147.

Cabría aquí recordar que la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente destacó que, entre otras de las consecuencias posibles de vivir cerca de un basural por un tiempo sostenido, figuran enfermedades como el asma, la disrupción endocrina y los problemas del neurodesarrollo. Las patologías que más se atienden como consecuencia de la basura -precisa el informe- son las infecciones respiratorias, como resfríos, catarros, neumonitis en los niños, problemas gastrointestinales y eccemas o piodermitis causada por bacterias, que se presentan en la capa más superficial de la piel.

Los chicos juegan cerca de la basura, vuelven a sus casas y no se lavan las manos. Luego van a comer y ese virus ingresa al organismo produciendo diarreas, añadió el informe médico. Si entre los desechos hay jeringas o cualquier otro residuo patológico, se agrega en el comunicado, existe incluso el riesgo hasta de contraer hepatitis o HIV.

Es evidente que convertir a La Plata en una ciudad limpia debería ser uno de los grandes proyectos. Muchas veces parece un problema menor. Pero debería tomárselo como una cuestión fundamental y prioritaria. Corresponde consignar que las consecuencias de la falta de higiene no sólo pasan por una cuestión de imagen o estética urbana. Los gigantescos basurales que suelen formarse en los barrios constituyen, como se ha dicho, directas amenazas a la salud pública.

Al margen de explorar nuevas fórmulas, deben revisarse los mecanismos de recolección y eventualmente reforzar las cuadrillas o camiones que hacen falta para el traslado inmediato de los residuos no habituales. También debe exigirse una máxima eficiencia al concesionario del servicio normal de recolección. Por otro lado, debería apuntarse a una fuerte campaña de concientización vecinal para que el compromiso sea comunitario y todos los vecinos participen y tomen como propio el objetivo de mantener limpia la Ciudad.

“Debería apuntarse a una fuerte campaña de concientización vecinal”

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