Proyectan un “pasaporte digital” con la trayectoria universitaria de los alumnos
Edición Impresa | 28 de Enero de 2018 | 03:36

La clásica libreta que todavía se utiliza en las facultades para documentar las notas de cursadas y finales podría pasar al archivo en el mediano plazo para ser reemplazada por el “pasaporte digital”, un documento que, de concretarse el proyecto en el que trabajan en la cartera educativa nacional, buscará concentrar y reflejar toda la actividad académica del estudiante universitario, promoviendo el intercambio entre carreras e instituciones.
Si bien el proyecto todavía está en sus fases iniciales y deberá superar distintas etapas, entre las cuales la articulación con las casas de altos de estudios de todo el país -tanto públicas como privadas- será un paso no menor, ya trascendieron algunos detalles de lo que se evalúa en el área educativa.
Se trataría de una tarjeta cargada con los datos provenientes del Sistema Informático Universitario, lo que permitirá -a través de un código QR- reconstruir la trayectoria del estudiante.
Quienes trabajan en el proyecto entienden que el uso del “pasaporte” servirá para sortear las dificultades burocráticas que hoy atentan contra la movilidad de los estudiantes y a su vez facilitará el intercambio de alumnos entre carreras e instituciones.
Al concentrar todo el trayecto formativo del alumno, el documento aliviaría los actualmente engorrosos trámites que deben afrontar quienes, por caso, necesitan lograr el reconocimiento de las equivalencias.
modernizar el sistema
El proyecto, como se dijo, está en una fase embrionaria y resta incluso poner al tanto de sus pormenores a las autoridades de las universidades. No obstante, lo que parece estar claro es el diagnóstico trazado por quienes buscan modernizar el sistema.
Por un lado, entienden que las certificaciones que actualmente extienden las unidades académicas registran -salvo excepciones- solo información relativa al plan de estudios, lo que deja por fuera un amplio rango de datos de actividades formativas, de investigación o extensión universitaria que puede haber realizado el estudiante.
Por otro, creen que hace falta un instrumento que otorgue mayor visibilidad a la comunidad estudiantil como tal por fuera del ámbito universitario, que reemplace a la vieja libreta universitaria y que les permita a los alumnos contar con mecanismos para mejorar su presentación a becas o a búsquedas laborales y del que hoy carecen.
Sabido es que el problema de la falta de información reunida en un solo instrumento afecta también a los graduados, por lo que la articulación con ese claustro, así como con los colegios y entidades profesionales, es otro de los aspectos en los que se estaría trabajando.
Según pudo saber este diario, de implementarse, el “pasaporte digital” incluiría toda la trayectoria formativa y actividad académica del alumno y no sólo las materias aprobadas. Reflejaría, por caso, practicas, intercambios, participaciones académicas o proyectos de investigación, entre otros.
LA deserción, una preocupación
La deserción universitaria preocupa en prácticamente todas las instituciones de enseñanza del país. En la Universidad de La Plata, por caso, se ha estimado que se reciben 3 de cada 10 ingresantes. Por eso uno de los objetivos que persigue el documento en formato digital en el que trabajan en Educación es simplificar los tediosos trámites que, muchas veces, terminan por agotar la paciencia de los alumnos que se plantean cambiar de carrera o de universidad. Los alumnos se chocan con un murallón burocrático que termina por hacerles desistir.
Actualmente, la articulación y el reconocimiento de estudios entre las distintas casas de altos estudios se hace por convenio entre las instituciones, conforme a los requisitos y pautas que se acuerdan en el Consejo de Universidades.
A mediados del año pasado, por caso, 47 universidades públicas y privadas firmaron un convenio para que estudiantes de Ingeniería de más de 230 carreras en todo el país tengan nuevas alternativas.
La potencialidad del pasaporte proyectado está estimada en unos dos millones de estudiantes en función de la matrícula pública y privada de grado y posgrado.
La puesta en marcha seguiría el siguiente camino: a través de una resolución ministerial se habilitaría el Pasaporte Universitario, con lo que se “invitará” a las instituciones al empleo del mismo.
A su vez se trabaja para, a través del Sistema Informático Universitario (SIU), generar el soporte para implementarlo de un modo simple, mediante la impresión de una credencial.
La idea es que cada institución sea la que imprima y entregue a los alumnos el documento. En su formato físico, el “pasaporte” será una tarjeta que tendrá los datos del alumno, la carrera y el logo de la universidad, pero también incluirá un código QR que dará acceso a la consulta de la trayectoria académica del alumno mediante el Sistema Informático Universitario.
No se descarta, según pudo saber este diario, que el “pasaporte” otorgue a los estudiantes otro tipo de beneficios, como descuentos en transporte y pases libres en museos.
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