Cuáles son las señales y síntomas específicos

Edición Impresa

• Superar las 25-30 horas de juego semanal.

• Necesidad irresistible de jugar y/o respuestas emocionales intensas cuando esto no es posible.

• Debilitamiento del rendimiento escolar o laboral por el juego.

• Marcadas expresiones de ansiedad o euforia durante la actividad.

• Empobrecimiento de los vínculos sociales y de los intereses en general fuera del juego.

• Dificultades en el dormir u otros cambios de hábitos significativos.

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