Acusan a ex sepulturero de robar el cuerpo de un bebé para hacer rituales satánicos
Edición Impresa | 7 de Enero de 2018 | 04:50

Un hombre de 48 años fue detenido por el robo del cuerpo de un bebé en el cementerio de Otamendi, caso que el 24 de diciembre estremeció a esa localidad de 10 mil habitantes cercana a Miramar.
El nombre del acusado no sorprendió a nadie: es el ex sepulturero del cementerio, que estuvo preso a principios del año pasado por el robo del cadáver de otro niño. Los investigadores dijeron que los usaba para hacer “rituales satánicos y rendirle culto a San la Muerte junto con su madre”, a la que también le allanaron la casa.
Sin embargo, nadie apuesta a que este sujeto pase mucho tiempo preso: robar un cadáver no es un delito tipificado por el Código Penal argentino.
El último caso se conoció en las vísperas de la Navidad, cuando Alberto Aranda y su mujer, Mara, fueron al depósito de ataúdes del cementerio de Otamendi para dejar flores sobre el féretro de su hijo Ciro, de 1 año y dos meses, fallecido a mediados del mes pasado a causa de una neumonía. Notaron que alguien había violentado el ataúd, y el cuerpito no estaba.
Los vecinos marcharon hasta la parroquia del pueblo, sobre todo porque no era el primer cadáver que desaparecía del cementerio en una fecha del calendario cristiano. En las últimas Pascuas robaron el de Matías Valentino Fernández, de apenas dos años, que apareció eviscerado y sin sus dientes, a la vera del arroyo La Totora en la Ruta 11.
La investigación condujo a la Justicia hasta la casa de Carlos López, el ex sepulturero y encargado del cementerio de Otamendi que fue separado de su cargo en abril pasado, después de que lo aprehendieron por el robo del cuerpo del primer niño.
A pedido de la fiscal Ana María Caro y de la jueza Rosa Frence, el viernes pasado la policía allanó su casa, encontrando allí, y dentro de su auto, tuercas y llaves para manipular ataúdes, y un rosario como el que tenía el bebé en su féretro, informaron fuentes oficiales.
“Por el testimonio de los vecinos se supo que el sujeto se dedicaba a realizar rituales umbanda y era un ex encargado del cementerio local, por lo que podría tener copias de las llaves y conocimientos sobre cómo ingresar al predio”, contó una fuente oficial. Los oficiales registraron también la casa de la madre de López, con quien supuestamente hacía rituales de veneración a San La Muerte.
Los padres de Ciro reconocieron que en los operativos “secuestraron cosas religiosas y había muñecos con la boca cosida”, pero no quisieron revelar si hallaron el cuerpo de su hijo.
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