Dólar alto: ¿un alivio para la crisis?

La devaluación genera efectos contradictorios. Mientras es un incentivo para promover las exportaciones, causa una severa contracción en el mercado interno. Ahora Argentina es barata en un duro momento internacional

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La drástica devaluación de casi 100 por ciento en lo que va del año cambió drásticamente las reglas de juego. Claramente eso se ve en las zonas de frontera y en el turismo, donde el país, comenzó a recibir turistas y pequeños inmigrantes golondrinas para hacer compras, en un giro de 180 grados respecto a lo que sucedía hasta fin de año.

Pese a este drástico giro, muchos se preguntan si alcanzará con un tipo de cambio alto para que la Argentina se convierta en un país competitivo, con capacidad de hacer crecer sus exportaciones de manera sostenida, como sucedió en el primer tramo del nuevo milenio.

Economistas y empresarios coinciden en que con el actual tipo de cambios, los activos argentinos son cada vez más atractivos, aunque en lo que va del año cayeron las fusiones y adquisiciones de empresas (ver pág. 4 de este Suplemento).

Es más, distintos empresarios y financistas coinciden en que un tipo de cambio alto es una condición necesaria, aunque no suficiente para lograr el despegue exportador que necesita el país para equilibrar su sector externo y, al mismo tiempo, enfrentar el creciente endeudamiento externo.

Por eso desde algunos sectores reclaman que finalmente Argentina realice una Inserción inteligente en el mundo, lo que implica de alguna manera definir con qué productos buscamos vincularnos en los mercados internacionales y con cuáles podemos ser competitivos.

Esto de alguna manera estuvo presente en el Coloquio de Idea, donde una vez más el sector agrícola reclamo su responsabilidad como principal generador de divisas en el país.

En la reunión, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne aseguró que la “corrección macroeconómica que hizo la Argentina nos deja posicionados hacia adelante, será visto como un punto de inflexión”, sostuvo. Y concluyó: “La Argentina está en posición de comenzar un proceso de crecimiento sin las vulnerabilidades que enfrentamos hasta ahora”. y prometió que la balanza comercial pasará a terreno positivo en octubre, además de asegurar que la inflación comenzó a desacelerar y el consumo interno ya tocó piso.

Por su parte el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica reconoció que la productividad de la Argentina es la misma de hace 70 años y criticó a las retenciones, “porque son el peor remedio”, pero que “tuvimos que aplicarlas en el corto plazo para equilibrar la macro. Tenemos 30% de pobreza y el mercado laboral que es la contracara de la pobreza con 30% de informalidad nos obliga a ser competitivos”. Tenemos la misma productividad de los años 50, por una economía que tendió a proteger, estando condenados a nuestro propio mercado”, reiterando que la salida a la recurrente falta de crecimiento argentino son las exportaciones.

Lo cierto es que al término del Coloquio de Idea quedó sobrevolando el interrogante. ¿Alcanzará con un tipo de cambio real bilateral contra el dólar que ha pasado a un nivel comparable con el de 2007, cuando aún la Argentina conservaba superávits gemelos, fiscal y de cuenta corriente?.

En la medición del tipo de cambio multilateral y el bilateral contra el real, el índice es similar al de 2011

Mientras tanto, los salarios en dólares de la industria se ubican ahora un 43,1 % por encima de los de Brasil, una brecha cercana al promedio de los últimos 20 años, que compara con picos de 192,6 % (Argentina vs Brasil) en octubre de 2015 y de 173,1 % en octubre de 2001, según destaca un informe de Ieral.

Comparando una canasta amplia de productos y servicios, se tiene que en marzo de 2017 la Argentina resultaba cara en dólares en la mayoría de los ítems, tanto contra países de la región como del resto del mundo, mientras que a septiembre de 2018 ocurre lo contrario

La muestra incluye desde el precio de la carne vacuna a los servicios de internet, pasando por el costo del transporte público, la leche, el agua, gaseosas, el menú McDonalds, indumentaria, zapatillas, combustibles y el alquiler de un departamento de un dormitorio

Para la consultora, la pobre performance exportadora a largo plazo de Argentina tiene varias explicaciones. Desde un punto de vista más estructural, pueden mencionarse serios problemas de competitividad, que pueden observarse tanto por la posición general que ocupa el país en los rankings internacionales, como por la evolución a largo plazo en dicha variable.

Argentina ocupaba la posición 70 (en una muestra de 144 países) en el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial en el año 2006, posición que empeoró 36 posiciones en los años siguientes, cayendo a la posición 106 en el año 2015.

Otro factor explicativo muy importante para el magro desempeño exportador argentino ha sido la alta inestabilidad macroeconómica, que se reflejó especialmente en una elevada volatilidad del tipo de cambio real (TCR), variable fundamental para determinar la rentabilidad de las actividades de exportación.

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