Perversión y locura, la trama detrás del crimen de San Carlos

La mujer de la víctima fatal se recupera tras ser intoxicada con pastillas y alcohol. Se espera que declare para resolver el caso

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Mientras el remisero de 59 años acusado por el asesinato de un uruguayo de 49, en la vivienda de su ex pareja en San Carlos, se negó a declarar ayer ante el fiscal del caso, Hugo Tesón (UFI Nº 8), los investigadores aguardan la recuperación de esa mujer, sobreviviente en esa escena, para avanzar con la investigación del caso.

El relato de la ex del principal sospechoso tiene especial significación para la investigación: estuvo en la macabra escena donde fue asesinado Fernando Waldemar Torres Guerra. Si bien fue quien señaló por el asesinato al hombre con quien tuvo dos hijos, pero había roto la relación, se espera que pueda dar más precisiones sobre lo que ocurrió en la casa situada en 140 entre 49 y 50 durante la madrugada del sábado.

Según contaron a este diario fuentes de la Policía y la Justicia, la mujer de 32 años, uruguaya que adoptó la nacionalidad argentina, fue internada en el Hospital de Gonnet, sobre el mediodía del sábado, a raíz de la alteración psico motriz que presentaba, presuntamente, como producto de la ingesta de psico fármacos y alguna bebida alcohólica. “Cuando llegó la Policía a la casa contó lo que había pasado y luego entró en una especie de estado de shock, que obligó a trasladarla al hospital”, dijo una fuente judicial vinculada a la causa y añadió que “esperamos su recuperación y también los análisis que expliquen con qué fue drogada”.

Sobre el final de la tarde de ayer, desde el Hospital de Gonnet se informó que su estado evoluciona favorablemente y hoy estaría en condiciones de prestar declaración en la causa que tiene a su ex como imputado por los delitos de homicidio por alevosía y lesiones leves por alevosía. “Es muy probable que la calificación se agrave”, anticipó un investigador de la UFI Nº 8.

AHORCADO

Según pudo saber este diario, el hombre asesinado murió asfixiado por ahorcamiento. “Un primer informe de un perito indica que fue rodeado a la altura del cuello con un brazo y con el otro le hicieron presión, tirando hacia arriba”, apuntó la fuente caso y agregó que “el cuerpo no presenta signos de defensa frente al ataque”.

Torres Guerra había llegado a La Plata en la madrugada del sábado en plan de visita a su pareja, la dueña de casa, quien se mudó a ese punto hace poco, tras separarse del acusado por el crimen. Según la mujer, el hombre que es propietario de un remís, ingresó a la casa sin su consentimiento (se presume que tenía una llave) y armado.

En una situación de extrema tensión, habría obligado a la mujer y al hombre asesinado a tomar una bebida alcohólica e ingerir pastillas en lo que se analiza como una maniobra para dejarlos indefensos. Siempre según el relato de la mujer, los ató y a la víctima fatal le colocó una bolsa de nylon en la cabeza. Cuando la Policía llegó a la casa, por una denuncia realizada por la dueña a través del 911, el uruguayo, quien se movía en una silla de ruedas, estaba tirado en el piso, al lado de la cama, desnudo. En la escena había restos de la ingesta de fármacos, alcohol y juguetes sexuales, informaron los investigadores. “Les pidió que le cuenten cómo se habían conocido, cómo fue que empezaron a salir. Luego se volvió loco y empezó la violencia”, indicó el investigador. Con el primer testimonio de la mujer, los policías de La Unión comenzaron a buscar al sospechoso y lo encontraron saliendo de su casa, en 44 y 141. Una fuente señaló que ante los policías reconoció el crimen y que adjudicó su conducta a un tema familiar: “La chica planeaba ir a vivir a Uruguay con la nueva pareja y el hombre creía que no iba a ver más a sus dos hijos, de 3 y 9 años, que tiene con ella”, detalló.

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