Por qué los hombres adelgazan más fácil que las mujeres

Estudios han explicado algunas de las causas que hacen que ellos, con una misma ingesta calórica, pierdan peso con mayor rapidez

Edición Impresa

Aunque las mujeres suelen destacar sobre los hombres en cuanto a preocupación por el peso y figura corporal se refiere, la realidad es que ambos géneros suelen intentar mejorar tanto a nivel de salud como de estética en algún momento de sus vidas.

Sin embargo, son los hombres los que logran los resultados más rápidos, o al menos eso se suele decir. De hecho, también sucede a la inversa: las mujeres suelen acumular grasa con más facilidad que los hombres, según algunos estudios.

Ahora, un nuevo trabajo vuelve a confirmar las sospechas y explica una posible hipótesis sobre por qué sucede esto: aunque se realice correctamente la dieta, los hombres adelgazan más rápido, según el trabajo publicado en Diabetes, Obesity and Metabolism.

Para este estudio se analizó a 2.000 individuos que sufrían sobrepeso y prediabetes, procedentes de Europa, Australia y Nueva Zelanda, durante ocho semanas. Todos los participantes llevaron a cabo una estricta dieta hipocalórica, similar a la que se llevó a cabo en el conocido estudio que demostró que es posible revertir la diabetes tipo 2: solo 800 calorías al día en forma de sopas, batidos y cereales junto a unos 375 g de verduras muy bajas en calorías.

Al finalizar el estudio, el 35% de los hombres y las mujeres tenían unos niveles de glucosa normalizados en sangre -se revirtió el estado de prediabetes, un estado que aumenta el riesgo de acabar sufriendo diabetes tipo 2-. Por otro lado, se comprobó que los hombres perdieron casi 12 kg, mientras que las mujeres perdieron una media de 10 kg.

Además, los investigadores también afirmaron que los hombres sufrieron una reducción de otras medidas corporales que les otorgarían mejoras en la salud general respecto a las mujeres: menor frecuencia cardíaca, menor grasa corporal y un menor riesgo de sufrir diabetes mellitus y síndrome metabólico, dado que su tensión arterial y su índice de masa corporal también mejoró.

Por otro lado, esta estricta dieta hipocalórica también causó algunos perjuicios adicionales en las mujeres en particular: menor colesterol HDL o “colesterol bueno”, relacionado hoy en día con una protección de la salud cardiovascular -aunque algunos estudios discrepan-; una menor densidad mineral ósea y una menor masa corporal magra o muscular. Sin embargo, como punto positivo, las mujeres perdieron más centímetros de grasa a nivel de cadera que los hombres.

Por qué a las mujeres les cuesta más

El estudio, de nuevo, confirma las sospechas empíricas: a los hombres les cuesta menos perder peso, y desde el punto de vista fisiológico tiene sentido, aunque este trabajo tenga diversas limitaciones a tener en cuenta.

En general, los hombres tienen más masa muscular y menos masa grasa que las mujeres; y a la inversa, las mujeres tienen menor masa muscular y una mayor cantidad de masa grasa en proporción. Esto, a su vez, da lugar a que los hombres posean una mayor tasa metabólica, es decir, que precisen más energía para subsistir y mantener la masa muscular -la cual precisa más gasto calórico que la grasa para mantenerse-.

En este caso todos los participantes consumieron 800 calorías diarias, y de forma habitual por su composición corporal los hombres suelen consumir más calorías que las mujeres en la vida cotidiana, por lo que en proporción la dieta hipocalórica fue mayor en hombres si se compara con las mujeres: sufrieron un déficit calórico mayor, aunque las calorías fuesen las mismas en el estudio para hombres y mujeres.

Pero, además, este trabajo demostró que se producen otros efectos asociados a una dieta hipocalórica en el caso de los hombres, más allá de su composición corporal general: ellos perdieron más grasa visceral, la cual rodea y protege a los órganos internos; perder mayor cantidad de esta grasa también aumenta la tasa metabólica y ayuda a quemar más calorías. Sin embargo, las mujeres tendían a perder más grasa subcutánea, la cual en su caso suele almacenarse en muslos, glúteos y caderas, pero dicha pérdida no tiene efecto alguno sobre la tasa metabólica.

Esto tampoco es un descubrimiento novedoso, ya que los mismos investigadores nombran en su trabajo investigaciones previas que ya detectaron esta diferencia en la pérdida de grasa de diferentes localizaciones según el género.

Cabe destacar que este estudio peca por poseer algunas limitaciones: no se tuvo en cuenta, o al menos no se señaló de forma específica, si algunas de las mujeres participantes ya habían pasado la menopausia, dado que dicha etapa de la vida produce una serie de cambios metabólicos a nivel de grasa corporal.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE