El legado: los superhéroes, más vivos que nunca tras la muerte de uno de sus padres, Stan Lee

El artista falleció dejando detrás una industria pujante como nunca, empujada por el desembarco de sus personajes en el cine

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Stan Lee se fue a dar una vuelta por el universo con la tranquilidad de que el legado que deja tras de sí, y que alguna vez agonizó, viven una edad de oro que a pesar de algunos augurios apocalípticos no parece tener fin: los superhéroes como Spiderman, Hulk o X-Men, parte de la factoría Marvel de historietas, parecen tener un futuro asegurado pese a la muerte de su creador, Lee, fallecido esta semana a los 95 años.

Convertidos en mitos de la cultura popular mundial, la presencia de estos personajes es hoy es omnipresente, especialmente en el cine, a pesar de que alguna vez, hace no mucho tiempo, Marvel, al borde de la quiebra, entregó por monedas los derechos de la mayoría de sus personajes a estudios cinematográficos varios. Tiempo después formarían su propia productora, recuperarían buena parte (no todos) de esos derechos y lanzarían al éxito, contra todo pronóstico, a los superhéroes, hoy protagonistas de los eventos más importantes del año cinematográfico y eje de un fenómeno de masas que excede la pantalla grande.

“Los superhéroes son nuestras mitologías contemporáneas. Personajes que gráficamente y culturalmente influyen en la moda, el arte callejero, el pop art, el diseño, la TV y el cine: su importancia es considerable”, subraya Jean-Jacques Launier, fundador del museo Arte Lúdico de París, que desde 2014 ha consagrado dos exposiciones a estos personajes.

Nacidos en 1938 con la aparición de Superman y de Batman al año siguiente, los superhéroes cayeron en el olvido después de la Segunda Guerra Mundial, para regresar con fuerza a fines de los años 1950 y los años 1960 gracias a Stan Lee, quien creó los Cuatro Fantásticos en 1961 para Marvel. Seguirán los personajes de Spiderman, Hulk, X-Men, Iron Man y Black Panther, referentes de la cultura popular mundial, desde los videojuegos hasta los juguetes pasando por la gran pantalla: en ese renacer, Lee fue un nombre crucial.

Las primeras adaptaciones en dibujos animados y películas fechan de los años 1950. Con el cambio de siglo y la irrupción de la tecnología digital, se mejoraron además los efectos especiales: el cambio tectónico terminó de concretarse cuando Disney se hizo en 2009 con Marvel y utilizó su enorme aparato de promoción para empujar la que hoy es una saga infinita de filmes interconectados del universo superheroico. Actualmente, entre las de Disney y las de quienes intentan subirse al éxito del subgénero, cada año se estrenan una docena de películas de superhéroes.

“Los superhéroes son los valores seguros de las grandes producciones de Hollywood”, explica Jessica Assayag, responsable de la programación del Comic Con París, consagrado a la cultura de los cómics y a la cultura pop. “Su universo les permite realizar películas cada vez más ambiciosas”.

LAS CLAVES DEL ÉXITO

La fórmula del éxito reside primero en los superpoderes de los personajes, pero también en el hecho de que tienen problemas muy humanos, lo que permite al público identificarse con ellos.

“El superhéroe de Marvel y quienes se inspiraron en su receta, viene a decir que el dinero no da la felicidad”, explica Xavier Fournier, especialista de los superhéroes. “Es conmovedor ver a un tipo que tiene los poderes de Spiderman pero que cuando se quita su máscara, tiene problemas para pagar su alquiler y se preocupa de su tía vieja y enferma”. Ese es el aspecto más atractivo de Peter Parker, el personaje de Lee, especialista en crear superhéroes mundanos con problemas cotidianos, que figura al tope de la lista de favoritas de la audiencia; como contrapartida, el dinero no da la felicidad tampoco a quien lo tiene, como Tony Stark, que vacío de sentido aún con sus millones, se lanza a la aventura superheroica.

El éxito también se explica en la capacidad de los superhéroes en adaptarse a su época. Así, en el periodo de los primeros héroes de Stan Lee, “era la Guerra Fría y el miedo a la bomba atómica. A Spiderman le pica una araña radioactiva, Hulk es impactado por unos rayos gama, los X-Men son denominados los niños del átomo”, recuerda Launier.

Pero los mutantes de Lee terminarían convirtiéndose (en una EE UU convulsionada por la segregación racial y la resistencia negra) en metáfora de la discriminación. “Avengers: Infinity War”, que se estrenó este año y supuso el cuarto mayor éxito de la taquilla mundial de la historia del cine, “habla de la sobrepoblación”, mientras que en “Black Panther”, primera película de un superhéroe negro, “se aborda las raíces de la gente”, asegura Fournier.

“Los cómics supieron evolucionar con el tiempo y abarcar los problemas actuales. Ha habido cómics sobre el Watergate, la guerra de Vietnam... Hoy, se habla de los problemas raciales y el transgénero”, explica Jean Depelley, especialista de cómics.

Y es en ese sentido, y ante esta explosión masiva del cómic que ha insuflado vida a la industria, que todo indica por lo tanto que las películas de superhéroes tienen por delante un porvenir prometedor, a pesar de quienes disfrutan de augurar el agotamiento de las audiencias: “Mientras haya creatividad, no habrá estancamiento”, les responde Assayag.

“Los cómics supieron evolucionar con el tiempo y abarcar los problemas actuales”

Jean Depelley, especialista de cómics

“Los superhéroes son nuestras mitologías contemporáneas”

Jean-Jacques Launier, fundador del museo Arte Lúdico de París

 

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