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Edición Impresa | 24 de Diciembre de 2018 | 01:35

EL ALANO
Humberto Guglielmin expresa: “Releyendo al Archipreste de Hita (S. XIV) di con el ejemplo del alano (un perro) que me pareció una actualísima parábola sobre la dinastía K y sus lacayos y los reclamos que ‘ahora’ les está haciendo la Justicia por haber depredado los dineros del pueblo. Las estrofas 226 y 227 dicen: 226: ‘Un alano carnicero por un río cruzaba, un pedazo de carne en la boca llevaba; el espejo del agua, otro le reflejaba; codiciólo tomar y perdió el que portaba’. 227: ‘El reflejo mentiroso y su pensar tan vano, la carne que tenía perdióla el alano; no tuvo lo que quiso, no le fue codiciar sano, pensó ganar y perdió lo que tenía en mano’. El alano quería lo que ya tenía pero también todo lo que pudiera alcanzar: y por quererlo todo quedó sin nada. La avaricia lo perdió. La avaricia colonizó la política argentina y a sus políticos, y en gran medida esto se debió a la Justicia cobarde o cómplice que tuvimos. Durante décadas fue un secreto a voces el saqueo del Tesoro público y el enriquecimiento inexplicable de muchos funcionarios, y ninguna institución creyó que debiera impedirlo. ¿Para qué sirven entonces? Los hechos prueban que la Justicia históricamente fue un apéndice del poder político; sin embargo, ahora están apareciendo signos alentadores que inducen a soñar en una mejor Justicia, que aplique a quienes saquearon los recursos de la Nación el mismo resultado que tuvo el alano del Archipreste”.
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