El detenido por el ataque al funcionario se negó a declarar y pidieron que sea liberado

El fiscal lo citó a indagatoria en la causa por tentativa de homicidio, tras los puntazos que recibió el director de Nocturnidad

Edición Impresa

Con pocas pistas acerca de la responsabilidad por la organización de la fiesta clandestina callejera de la madrugada del 25, en 10 y 63, las novedades alrededor del caso quedaron ligadas ayer con la situación del único detenido tras el escándalo, a quien se lo acusa por los puntazos que recibió en medio del operativo dedicado a desactivar la reunión el director de Nocturnidad de la Comuna, Emanuel Reyes. Según informó una fuente vinculada al caso, el joven Felipe Garza, de 25 años, optó por no prestar declaración indagatoria ante el fiscal Álvaro Garganta (UFI Nº 11). En contrapartida, el abogado que se presentó ante la Justicia como su defensor, solicitó que sea dejado en libertad mientras se desarrolla la investigación.

La fuente consultada indicó que el letrado argumentó ese pedido con que la condena eventual que podría recibir por el hecho del que se lo acusa podría ser de cumplimiento condicional (hasta 3 años de extensión).

Garza está imputado por daño agravado (a un patrullero), resistencia a la autoridad y lesiones leves en concurso real.

El fiscal del caso, considera que las lesiones que sufrió Reyes son cortantes y superficiales, provocadas para evitar ser detenido.

El director de Nocturnidad debió ser asistido en el Hospital San Martín y por la mañana se retiró.

Garza fue arrestado por policías que acudieron a la esquina de 10 y 63, junto a inspectores del Municipio que desarrollaban operativos de control dedicados a prevenir fiestas sin autorización.

Según la versión del funcionario, el joven lo atacó con un cuchillo cuando fue reducido por los efectivos tras lanzar una botella contra un móvil policial.

Según informaron fuentes de la Policía y la Comuna, al joven se le secuestró un cuchillo tipo navaja, con una hoja de unos cinco centímetros de extensión.

En ese momento, en la zona lindante con el predio universitario de una manzana -donde funcionan dependencias de la Facultad de Bellas Artes, el Bachillerato de Bellas Artes y la Facultad de Trabajo Social-, había una concentración de unas 800 personas.

Según la Comuna, se vendía alcohol y había música a alto volumen.

La convocatoria al baile en plena calle logró saltar el cerco de la pesquisa a fiestas clandestinas que viene realizando la Municipalidad -ver más información en pág. 13.

denuncias de vecinos

Los funcionarios fueron alertados de la situación después de la medianoche del 24 por vecinos de la zona. Algunos no lograban llegar a su casa porque la movida ocupaba la calzada, cortada además por autos estacionados.

El operativo de inspectores y policías generó resistencia entre algunos asistentes, que lanzaron piedras y botellas. Los efectivos contestaron con balas de goma y detonaciones al aire.

El secretario de Control Ciudadano de la Municipalidad, Roberto Di Grazia, le dijo a este diario tras los incidentes que en la fiesta “había menores a quienes se les vendía alcohol”.

Funcionarios de la Comuna adjudicaron la organización de la reunión a personas vinculadas con Trabajo Social.

Las autoridades de esa unidad académica y de la presidencia de la UNLP descartaron esa posibilidad.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE