Los primeros egresados de una escuela que jamás bajó los brazos

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El viernes, el Club La Armonía de 625 y 152 se vistió de fiesta. Y cada alumno y cada alumna de 6º año de la Secundaria 37 de Arana se vistieron de fiesta. No era para menos. Se trata de una comunidad educativa modelo por su espíritu de lucha y perseverancia por la educación pública. Con la quinta parte de las complicaciones que tuvieron, otros hubiesen bajado los brazos. A ellos, esa idea jamás se les cruzó por la cabeza. Fue así que los chicos y chicas, de punta en blanco, recibieron sus diplomas. La emoción invadió a docentes, padres, madres, amigos, vecinos. Un momento único.

“Estos estudiantes iniciaron su escolarización secundaria en 2013, cuando la escuela sólo contaba con dos primeros años, un segundo y un tercero. La realidad imponía un crecimiento que los distintos gobiernos negaban. Entonces comenzó un intenso proceso de lucha de toda la comunidad por la construcción del edificio, el desdoblamientos de cursos, la designación de personal, los cupos de comedor, la apertura de cuarto año (quinto y sexto) y demás”, recordaron en la gala. Y relataron: “Estos jóvenes participaron activamente de un sinfín de iniciativas junto a la totalidad de la comunidad, que hoy les permite concluir la secundaria obligatoria en la localidad que los vio crecer. EL DIA fue testigo de cada paso durante estos 6 años. Cuando llegaba diciembre de 2015 los alumnos no tenían la seguridad de que podrían hacer el 4º en la escuela durante 2016. Muchos se garantizaron un banco en otro colegio, otros decidieron aguantar. Recién se habilitó el 4º en abril. La misma situación se repitió en los abriles de 2017 y 2018 con las aperturas tardías de 5º y 6º. Así, los alumnos ganaron un derecho: que las próximas generaciones puedan terminar la secundaria en su localidad”. Festejo. Emoción. Ejemplo.

 

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