La mala sangre
Edición Impresa | 4 de Febrero de 2018 | 01:56

POR GARGANTA
Es difícil no hacerse mala sangre, será porque somos un país consumidor de morcilla y ello nos afecta en nuestra cotidianeidad. Nos hacemos mala sangre por pavadas tales como la corrupción, la inseguridad, la inoperancia, la burocracia, los impuestos, la inflación, Gimnasia, el amor, el desamor, el tránsito, los piquetes, los piquetes de ojo y por supuesto, todo lo demás. Estos tres chistes que dibujé, me produjeron mucha mala sangre porque no se me ocurría nada que a usted al leerlos les hiciera mala sangre.
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