El tránsito en La Plata no da para más y se aproxima al colapso

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Los datos estadísticos sobre el número de patentamientos por día en nuestra ciudad, demostrativos de que llegó a más de 20 mil la cantidad de vehículos nuevos que en 2017 se sumó a las calles platenses –esto es, el equivalente a una superficie de doce hectáreas con vehículos estacionados uno al lado del otro-, en una situación que se viene presentando año tras año, obligan a las autoridades a encarar planificaciones de fondo en materia de tránsito, pues el constante crecimiento del parque automotor se traduce en accidentes, embotellamientos y otros trastornos que afectan gravemente el funcionamiento urbano.

Los urbanistas vienen alertando hace ya mucho tiempo que el diagrama callejero de nuestra ciudad –en especial, en el caso del casco histórico, similar en su extensión y capacidad al concebido en la época de la fundación- no puede ya tolerar impactos de crecimiento de semejante magnitud y que, por ello, se vuelve imperioso hallar fórmulas que impidan un colapso absoluto en la vía pública platense.

Los números difundidos por la Dirección Nacional de Registros de la Propiedad Automotor y Créditos Prendarios (DNRPA), además de mostrar el repunte de una actividad que en enero último alcanzó un nuevo récord, ratifica que la tendencia al alza del parque automotor sigue firme y sin techo en suelo platense, de modo que cualquiera que circule o intente estacionar en hora pico en las calles céntricas de la Ciudad tendrá la misma impresión: no cabe un auto más. Sin embargo, pese a la saturación de las calles, el parque automotor local no para de crecer.

Tal como se informó en la nota publicada en este diario, en un parque vehicular regional que se estima cercano a las 300 mil unidades, los expertos advierten que la incorporación anual de rodados supera siempre a las bajas; el envejecimiento de los modelos más antiguos -la edad promedio de la flota circulante es de unos doce años- no se traduce en una salida masiva de escena. De hecho, uno de cada tres autos tiene más de diez años.

El número de accidentes fatales y de colisiones menores ofrece totales cada vez más abultados, además del crecimiento de la cantidad de infracciones, como estacionamientos en doble fila o en ochavas, maniobras intempestivas y otras expresiones propias de una anarquía que, en buena medida, es resultado de la indisciplina de los conductores, aunque también fruto del colapso vial existente.

Hace tiempo que los expertos piden reformas urbanísticas integrales, que apunten al fomento de un transporte público económico y no contaminante; a la existencia de más bicisendas; a la solución integral del estacionamiento, sea con la construcción de playas subterráneas o de superficie lejos del centro o al tendido de un sistema como el del metrobus que alivie a las avenidas principales, entre otras medidas indispensables.

La ausencia de planificaciones y de medidas concretas para adecuar la Ciudad a los tiempos que corren, ha llegado a un punto de no retorno, más allá del cual sólo cabe esperar más complejidades y situaciones anárquicas en un tránsito como el de La Plata que, tal como lo advierten los expertos, no da para más y reclama reformas estructurales en forma perentoria.

 

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