Ahora, para los dos, el gran objetivo será el Clásico del sábado en el Bosque

Estudiantes abrochó dos victorias de manera consecutiva y llega con el ánimo por las nubes. Gimnasia había triunfado en el reinicio del torneo y ayer no pudo en el Viaducto. El sábado, en 60 y 118, se verán las caras

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Será una semana diferente, tanto para Gimnasia como para Estudiantes. Claro, pues más allá de lo que pasó en la fecha 14, el objetivo para el fin de semana que viene será compartido. El clásico, obvio. La actividad, en Abasto y en City Bell, tendrá cuidados especiales, pues siempre hay sospechas de infiltrados buscando descubrir algo que pueda jugar a favor. El sábado en el estadio de 60 y 118, desde las 17.

La propuesta futbolística que tiene como abanderados a Facundo Sava y a Lucas Bernardi, más reciente la del Colorado, quien lleva pocas semanas al frente del plantel albiazul, permite alimentar la esperanza de un lindo clásico platense 159. Entendiéndose por esto que puede llegar a presentarse un partido de ataque mutuo, lo que sería saludable, en particular para los espectadores. Pero, bueno, lo que estará en juego será mucho más que los tres puntos, y en definitiva los miedos lógicos terminan frenando esas buenas intenciones.

El Lobo tendrá la ventaja de ser local, y tratará de aprovecharla para interrumpir una serie de cruces sin victorias frente al rival de siempre, que por el contrario utilizará ese antecedente para sacar provecho en un clásico del que se está hablando desde que el presente campeonato oficial de Primera, denominado Superliga, sorteó el ordenamiento de las fechas.

Cada edición de este enfrentamiento que representa el más importante espectáculo deportivo a nivel platense se recuerda por episodios puntuales, y el anterior, más allá del éxito Pincha, con anotación de Israel Damonte, quedó marcado por la renuncia de Gustavo Alfaro a la conducción del Lobo antes que la delegación partiera de Estancia Chica con destino a la cancha de Quilmes, epicentro del juego.

Y si para los equipos el clásico significa más que un partido por los tres puntos, lo que es analizándolo fríamente, muchísimo tiene que ver la gente que mueven Gimnasia y Estudiantes, que en la cuenta regresiva que ya se puso en marcha no para de sumarle matices y una presión que a la hora de la verdad alcanza su pico más alto. Al punto que cada uno de los protagonistas acepta reglas que podrían significarle mucho, demasiado, en su futuro dentro de la institución que corresponda.

Para el conjunto Tripero, el reinicio de la competencia fue un volver a empezar por donde se lo mire, ya que en el receso perdió a Mariano Soso, el entrenador que renunció a un proyecto futbolístico del cual era abanderado al ser notificado que la dirigencia no tenía recursos para contratar jugadores en la medida solicitad, y sobre la marcha debió adaptarse al giro que le propuso Sava.

En este marco se registraron variantes, que no resultaron brutales, pues la propuesta se mantuvo en lo general, pero que si alteraron un tanto el esquema pensado para asegurar el protagonismo. A la defensa apuntó antes que nada el nuevo director técnico, y si bien el punto débil del equipo en la etapa del rosarino continúa en proceso de reparación, al menos se lo reconoció como tema a mejorar. Y más afirmado en la última línea, la intención es ganar metros en forma rápida, sin entretener la pelota en la franja central.

Todo está por verse en Gimnasia con Sava como responsable número uno, pero a nadie le queda ninguna duda que ganar el clásico le representaría un envión muy grande. Y en esa dirección apuntará obviamente la preparación en la presente semana, durante la cual se tratará de considerar cada uno de los detalles, esos que en la cancha pueden terminar inclinando el resultado.

En lo que tiene que ver con los albirrojos, Bernardi tiene la ventaja de haber tenido un buen tiempo el año pasado para realizar un análisis profundo del plantel que recibió, tras lo cual sorprendió dejando a un lado, en forma parcial o total, a verdaderos referentes del club, como Israel Damonte, Mariano Pavone y Gastón Fernández, por nombrar a algunos.

Las críticas que pudieron recibir las decisiones en cuestión quedaron neutralizadas en gran medida por el reconocimiento que tuvieron los planteos realizados por el entrenador en buena parte de los partidos que diagramó, enfocando el juego propio a la explotación de las debilidades del rival. Con sobrados ejemplos, que desembocaron en triunfos o en derrotas, pues no siempre la idea prosperó, caso el partido sostenido con el puntero Boca Juniors.

Una larga serie de antecedentes que sirven para imaginar un clásico platense 159 con jugadas de ataques y goles, en definitiva condimentos que alimentarán la ilusión de aquellos seguidores que tendrán la posibilidad de instalarse en las tribunas del estadio de 60 y 118, todos del Lobo, porque se mantiene la prohibición para el ingreso de los visitantes, y de quienes lo seguirán a través de las transmisiones radiales o de la televisión.

Se viene entonces la fecha 15 de la Superliga, y más allá de lo planificado para el mediano y largo plazo, Gimnasia y Estudiantes jugarán un partido aparte: el clásico. Ese que aparece marcado desde la misma noche en que se conoció el sorteo, y que seguirá jugándose por lo menos una semana más, pues siempre aparecen temas suficientes como para extenderlo en el tiempo. Más para uno que para el otro, aunque siempre es así.

En cancha se verán caras conocidas, de un lado y del otro. De esos jugadores que ya vivieron la experiencia de este clásico que tiene costados únicos, y también de debutantes que tendrán su bautismo. La cita va a ser en el Bosque, el sábado a las 17, con una ciudad paralizada, y el resto del país atendiendo también lo que pueda pasar. Una semana diferente a todas, en especial para dos equipos que de una forma u otra quedarán marcados.

 

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