El riesgo de la práctica en sí misma es la perforación

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Pedro Belloni

Gastroenterólogo, director médico del Hospital Español de La Plata

La endoscopía diagnóstica, si bien es invasiva, constituye una práctica muy segura en la que resulta excepcional que se presenten complicaciones.

Más allá del riesgo de la anestesia -que sólo se ve en el 0,01% de los casos y cuya mortalidad es del 0,005%- el riesgo de la endoscopía en sí está asociado en general a la posibilidad de una perforación por alguna anomalía desconocida del tubo digestivo.

Siempre existe la posibilidad de que el paciente tenga malformaciones congénitas o adquiridas que sean desconocidas por el médico que realiza la práctica. Las más comunes son el divertículo de Zenker o el divertículo del cuerpo del esófago, pero existen otras lesiones orgánicas como son las estenosis de la luz de diversas etiologías que pueden aumentar el riesgo de perforación. En cualquier caso, la presentación de complicaciones está relacionada con tres factores: la preparación del paciente, la calidad de la tecnología que se usa y la experiencia del operador.

 

 

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