Dichos y hechos por los cuales el Papa ahora dice sentir dolor
Edición Impresa | 12 de Abril de 2018 | 03:08

En enero, al regreso de su viaje apostólico a Chile, Francisco había sostenido la inocencia del obispo Barros. “El caso lo hice estudiar, investigar. No hay evidencia de culpabilidad. Yo espero una evidencia para cambiar de sentido”, había explicado Francisco. “Aplico un principio jurídico básico: ninguno es malo hasta que se pruebe”, afirmaba el Papa, aunque reconoció que las declaraciones de apoyo que hizo en Iquique podían haber “herido” a la gente.
También había asegurado que acusarlo “sin pruebas es una calumnia” y admitió que una carta pública del cardenal Sean O’Maley criticando esas palabras lo hizo “reflexionar” sobre el “error” de utilizar el término “prueba”, más vinculado a elementos concretos, en lugar de “evidencia”, que se puede “obtener de muchas formas”. “La palabra ‘prueba’ me jugó una mala pasada. Estaba entrando y una periodista de Iquique me pregunta. Y ahí dije: el día que tenga pruebas, voy a hablar”, recordó el pontífice. “El testimonio de víctimas siempre es una evidencia, pero en el caso de Barros no las hay”, había insistido. Francisco reconoció entonces que Barros le entregó dos veces su renuncia, pero que él la rechazó porque sería “admitir culpabilidad previa”.
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