Los presidentes americanos intentaron dar la vuelta de página para el chavismo

Maduro sólo logró el respaldo de Evo Morales y de Cuba en un drástico giro respecto al clima de hace una década

Edición Impresa

LIMA

Las cumbres regionales suelen ser un reflejo de la situación política de cada momento. Y si hace algo más de una década en Mar del Plata, se ponía fin al proyecto de avanzar con un área de libre comercio regional (el Alca), en la cumbre de ayer en Lima pareció poner el broche final al proyecto político que encabezó Hugo Chávez, la revolución bolivariana.

Al menos en eso coincidían ayer diversos observadores, que coincidieron en que la ausencia de Maduro, incluso de Raúl Castro y la decisión de los mandatarios de la región de no reconocer el resultado de las próximas elecciones venezolanas marcan un punto de in flexión no sólo para la vida política de ese país sino de todo el continente.

Vetada la asistencia de Nicolás Maduro, la enorme mayoría de los líderes fueron durísimos con él y anunciaron que no reconocerán las elecciones de mayo. Evo Morales, el gran resistente, se quedó solo con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en el apoyo cerrado al venezolano y en las críticas a Estados Unidos.

Por su parte el propio Maduro calificó desde Caracas como un “fracaso” el encuentro limeño, más allá de que el resultado de la Cumbre profundizará su aislamiento.

LIBERTAD

Más allá de la condena a la corrupción que se rubricó en el documento final de la cumbre, el otro eje saliente del encuentro fue protagonizado por el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quien acompañada por la hija de Trump, Ivanka defendió las relaciones con Latinoamérica, con la que, dijo, su país comparte vínculos geográficos, históricos y la aspiración por la libertad.

“Nuestras naciones está unidas por geografía, historia y la aspiración de libertad”, afirmó Pence en el que fue el último discurso de los mandatarios que participaron hoy en la VII Cumbre de las Américas, celebrada en Lima.

Pence, que dedicó una buena parte de sus palabras a la crisis de Venezuela, trataba de disipar así los temores de los países de la OEA sobre un nuevo proteccionismo estadounidense o barreras que perjudiquen sus intereses políticos y comerciales.

“América primero no quiere decir América sola”, subrayó el vicepresidente al recordar que “la misión histórica de América ha sido la de ofrecer una tierra de libertad”, argumentó que reiteró en tres ocasiones.

Y recordó que EE UU comercia con sus vecinos del hemisferio occidental tres veces más que con China, y está tratando de actualizar su tratado de libre comercio con México y Canadá (”estamos muy cerca de un acuerdo”).

También mencionó el proyecto de Ivanka Trump para empoderar a empresarias por todo el continente, que supondrá a las arcas estadounidenses una inversión “sin precedentes” de 150 millones de dólares.

Pero apuntó que “la seguridad es la base de la prosperidad” y que el continente debe afrontar amenazas como “bandas criminales”, “terroristas” y la migración de personas que cruzan fronteras, problemas en los que Washington está “trabajando duro” y lo hace con los países de la región, incluido México. Y como parte de ese compromiso con el “hemisferio occidental”, reveló que su país pedirá albergar la próxima Cumbre de las Américas. (AP, EFE, AFP y TÉLAM)

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE