Sigue la conmoción en City Bell tras asalto que terminó con un delincuente muerto

Los vecinos de Carlos S. no salían de la conmoción por el asalto que este jubilado sufrió ayer en su casa de 27 y 473 de City Bell y que terminó con un  delincuente muerto por un disparo que el hombre de 79 años hizo con un viejo revólver 32 Doberman que desde hace décadas guardaba en su habitación.

El día después del trágico hecho de inseguridad, que esta vez no tuvo como fatalidad la muerte de la víctima del robo sino de uno de sus perpetradores, encontró a la vivienda de Carlos S. custodiada por un móvil de la Policía  Bonaerense ante el temor de que allegados al ladrón fallecido tomen represalias. 

Como ya se sabe, al momento del asalto Carlos S. identificó a su asaltante. Era un joven que de tanto en tanto pasaba por la vivienda vendiendo distintos artículos. Pero esta vez estaba acompañado de una chica, tenía un cuchillo en mano y pretendía que le diera dinero. El hombre le entregó un monto pero el ladrón quería más, por lo que lo acompañó hasta la pieza. En ese interín, Carlos S tomó el arma que guardaba como una reliquia familiar y cuando vio que el chico atinó a asestarle un puntazo, disparó. La bala dio en el abdomen del joven quien poco después, tras una travesía malherido, murió en el Hospital San Roque de Gonnet.

Entristecido por lo ocurrido, un vecino de la cuadra que lo conoce a Carlos S declaró que el hombre "está shockeado, está mal, no quiere ver a nadie. Tiene miedo la familia de que aparezcan". Además, dijo que hoy habló con él y que le cóntó que el asaltante "entró con casco, lo amenazó y le dio plata. Quería mas. Lo siguió hasta la pieza, él sacó el revólver y cuando el ladrón lo vio atinó a clavarle el cuchillo y ahí él tiró".

Para el vecino ese sector de City Bell "es inseguro como en todos lados" y se mostró preocupado porque "cada vez hay más chorros".

Esta tarde un grupo de vecinos y vecinas conocidos de Carlos S fueron hasta la puerta de su casa a expresarle apoyo a él y a su mujer, quien se encuentra en cama por problemas de locomoción, donde tampoco dejaron de manifestar la preocupación que hay en el barrio por los constantes episodios delictivos.

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"Ya hace un largo tiempo que está sucediendo esto, es cotidiano, hay cuatro o cinco entraderas por día", expresó una mujer, quien recordó un reciente raíd delictivo en la calle Cantilo en la que terminó herida una persona.

"Somos los vecinos más viejos del barrio. Es una persona intachable, muy solidario. Nos prestó la luz cuando vinimos a vivir a acá. Ahora su mujer está paralítica, está grande. Pedimos que lo cuiden", dijo otra vecina.

Otra mujer contó que "estamos con una tristeza bárbara. Ellos jamas tuvieron problemas, no son belicosos. Son buenos vecinos, toda la vida fueron iguales".

Mientras tanto, la casa de 27 y 473 permanecía bajo custodia. Así lo solicitó la familia del jubilado por temor a que haya respuestas violentas desde el entorno del chico fallecido.
 

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