Día D para Lula: un fallo de la Corte Suprema define si va a la cárcel o continúa en libertad
Edición Impresa | 4 de Abril de 2018 | 02:13

SAN PABLO
La polarización en el ámbito político y jurídico brasileño tendrá hoy una prueba de fuego, ya que el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) juzgará un hábeas corpus presentado por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para evitar que su condena en segunda instancia por corrupción lo envíe a la cárcel sin haber cumplido todos los pasos judiciales de apelación.
Con los grupos derechistas identificados con el juez Sergio Moro, líder de la Operación Lava Jato, convocando a manifestaciones en todo el país para pedir la prisión de Lula, el máximo tribunal de Brasil estará en el primer plano nacional e internacional.
“espero que se haga justicia”
“Espero que la suprema corte haga justicia. No quiero ser beneficiario de nada, quiero ser juzgado por el mérito del proceso, un juicio mentiroso con pruebas mentirosas. No acepté la dictadura militar y no aceptaré la dictadura del ministerio público y del juez Moro”, dijo Lula.
Lo hizo anteanoche, donde toda la izquierda se unió en forma inédita, en Río de Janeiro, durante el respaldo que le dieron otros precandidatos presidenciales como Manuela Dávila, del Partido Comunista de Brasil, y Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
Lula puede ser detenido tras la decisión de la corte, pero si aceptan su hábeas corpus tendrá derecho a apelar su pena en libertad. No obstante, no le será fácil el camino hacia las elecciones de octubre, en las cuales es favorito, ya que puede ser inhabilitado por haber recibido una condena penal ratificada en cámara.
El acto de desagravio contra Lula el lunes en Río, con la presencia de Chico Buarque y la familia de la concejal socialista asesinada en febrero, Marielle Franco, se dio en medio de la atmósfera que envuelve al STF.
El tribunal está arrinconado por sus propios pasos: es que en 2016, al calor de la Operación Lava Jato, la corte rompió el precepto constitucional y autorizó por 6 votos contra 5 detener a condenados en segunda instancia.
La Constitución de 1988 indica que deben cumplirse todas las instancias para que un condenado pierda la libertad y éste es el pedido de Lula, que puede arrastrar a otros miles de casos.
Según especulaciones de la prensa brasileña, hay una mayoría de 6 a 5 para votar como pide Lula y retornar al vigor constitucional en este punto.
Lula tiene una orden de ejecución de su pena de 12 años y un mes de cárcel por parte de la cámara de apelaciones de Porto Alegre, que ratificó un fallo condenatorio del juez Moro contra Lula, supuestamente por recibir un departamento como soborno por parte de la constructora OAS en el balneario de Guarujá.
Hay un ministro en la corte que dijo que cambió su voto respecto de 2016: es Gilmar Mendes, un confeso opositor al Partido de los Trabajadores y gran espada de la “ola punitiva” encarnada por la Operación Lava Jato en nombre de la lucha anticorrupción.
La presidenta del alto tribunal, Carmen Antunes, pidió “serenidad” a la población en un mensaje por TV Justicia y convocó al “diálogo” para superar las diferencias. Lo hizo luego de planificar las medidas de seguridad en la Plaza de los Tres Poderes, en Brasilia, separada en dos para recibir esta tarde manifestaciones a favor y en contra de Lula.
El movimiento derechista Vem Pra Rua y el Movimiento Brasil Libre convocaron a movilizaciones en favor de encarcelar a Lula.
En tanto, en un hecho inédito, el juez Moro y un fiscal de primera instancia, Deltan Dallagnol, jefe del equipo de Lava Jato, pidieron abiertamente que la corte ratifique su jurisprudencia, objetada por Lula.
“Sería un retroceso en la lucha contra la impunidad”, dijo Moro en televisión, mientras que Dallagnol, un fervoroso activista de las iglesias evangélicas, fue más contundente, en abierto desafío a la corte suprema.
“El miércoles (por hoy) es el día D de la lucha contra la corrupción. Una derrota significará que la mayor parte de los corruptos de diversos partidos jamás serán responsabilizados. El escenario no es bueno. Estaré en ayuno, rezando y pidiendo por el país”, expresó el fiscal, principal acusador de Lula.
El hábeas corpus llega tras una semana en la cual cuatro amigos de Temer fueron detenidos durante 48 horas en la Semana Santa acusados de participar de una red de coimas y lavado de dinero por orden del juez del supremo tribunal Luis Barroso. (TÉLAM y EFE)
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