Las fotomultas, otra vez, en el centro de las polémicas
Edición Impresa | 7 de Abril de 2018 | 01:04

Hace ya muchos años que abundan los cuestionamientos a los sistemas de fotomultas para detectar y sancionar a los presuntos infractores a las leyes de tránsito. Lo cierto es que, desde su gestación legislativa hace más de dos décadas, al sancionarse las leyes y ponerse en práctica el sistema surgieron diversas objeciones, sin perjuicio de las primeras irregularidades que comenzaron a comprobarse.
Municipios que abusaron del mecanismo e instrumentaron verdaderas “trampas” para los automovilistas, jurisdicciones provinciales –como, por ejemplo una recordada maniobra que ocurrió en Catamarca- donde se labraban multas a conductores platenses que nunca habían viajado a esa provincia, entre muchas otras anormalidades.
Ahora se conoció que las dos camionetas que se estacionaban desde hace tiempo en la zona del Distribuidor, que aplicaban multas por exceso de velocidad, lo hacían de manera ilegal -se presume que desde principios de año- ya que el convenio que las había autorizado a actuar está caduco.
La secretaría local de Convivencia y Control Ciudadano del Municipio efectivizó el secuestro de las dos camionetas desde donde se labraban multas no autorizadas, ahora en la intersección de la avenida Antártida y calle 12. Durante mucho tiempo se estacionaban en la rambla del Distribuidor Benoit frente a Carrefour y, también, en el boulevard central de la avenida 13 a la altura de 525, enfocando con sus cámaras las dos manos de circulación.
Oficialmente se indicó que ambos vehículos poseían diseños y logos oficiales, y en ese sentido, quienes efectuaban esos operativos de tránsito, se escudaban en un contrato ya vencido entre la Municipalidad de La Plata y el Gobierno Provincial, con lo cual los controles y las multas efectuadas no tienen validez, indicaron en la Comuna.
Lo que no quedó claro de la información suministrada por el Municipio es cómo se operaba para aplicar las sanciones viales, por caso: en nombre de qué organismos se labraban las actas de infracción, dónde las remitían y a qué dirección debían ir los presuntos contraventores para saldar sus multas.
Lamentablemente, vuelven a cobrar validez muchos de los cuestionamientos planteados desde siempre al sistema de fotomultas, en el sentido de que puede propender a un mero afán recaudador de las distintas jurisdicciones antes que a imponer una política preventiva, capaz de reducir los graves riesgos que hoy supone el tránsito. Pese a ello, como se sabe, las administraciones persisten en utilizarlo, sin rodearlo de los más exigentes controles internos.
Esa suerte de sospecha difusa que pesa sobre las fotomultas –con radares colocados a veces en forma arbitraria, de modo que finalmente actúan como verdaderos “cazabobos”- también se hace sentir en la Provincia cuando muchos automovilistas reclaman porque les siguen llegando fotomultas aún después de haberse concretado y legalizado la transferencia correspondiente de su vehículo.
Está claro que la Municipalidad debiera investigar a fondo lo ocurrido y, en su caso, en forma prioritaria, resarcir a los automovilistas que se vieron obligados a pagar multas labradas a partir de acciones ilegítimas de captación de las infracciones.
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