El Gobierno insiste en el rumbo del gradualismo

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Mariano 
Spezzapria 
@mnzpezzapria

“No perdimos el rumbo, ni perdemos el Norte”. Con esa frase cerró ayer Marcos Peña, el jefe de Gabinete, la conferencia de prensa que ofreció en la Casa Rosada al cabo de otra jornada cargada de tensión política y económica, en la que el funcionario que es considerado como la mano derecha del presidente Mauricio Macri se mostró como el garante de la continuidad del gradualismo como el “único camino posible” frente a los desafíos que afronta el país.

De hecho, a Peña se le adjudica –justamente- ser la cabeza visible del grupo que dentro del Gobierno sostiene a rajatabla la vigencia del gradualismo, entendido como un programa opuesto a las políticas de shock económico. Por esos motivos, el jefe de Gabinete enmarcó el pedido de auxilio financiero al Fondo Monetario como una herramienta necesaria para “estabilizar y retomar la senda de la normalidad” tras la corrida bancaria que sembró incertidumbre entre los argentinos.

Según pudo constatar EL DIA en el salón de los Pueblos Originarios de la sede gubernamental, donde Peña tomó contacto con la prensa mientras el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, iniciaba las negociaciones con los técnicos del FMI en Washington, el jefe de Gabinete sólo se apartó del libreto que había preparado para negar rotundamente que se estén pensando cambios en el equipo de colaboradores del presidente Macri, en especial vinculados al área económica.

Sin embargo, Peña admitió que se abre ahora una etapa en la que “nos van a mirar y a exigir más”, en referencia a las condiciones que pondría el FMI para otorgar el préstamo con el que el Gobierno buscará engrosar las reservas del Banco Central, en la búsqueda de frenar de cuajo la crisis cambiaria y evitar un efecto contagio en el sistema bancario. “Entendemos que estos días se despertaron angustias, miedos y preocupaciones”, reconoció no obstante el jefe de Gabinete.

Pese a que volvió a remarcar la “independencia” del Banco Central para definir la política monetaria y las metas de inflación, Peña es señalado como el responsable de aquella intervención del Poder Ejecutivo sobre la entidad que conduce Adolfo Sturzenegger, que se inició en la famosa conferencia de prensa del 28 de diciembre pasado –el Día de los Inocentes- en la propia Casa Rosada. Y que marcó un punto negativo para la credibilidad de las autoridades monetarias.

“Hay cosas que tenemos que seguir aprendiendo”, concedió ayer Peña, pero agregó de inmediato que para la mesa chica del Gobierno –que integran el Presidente, él mismo y sus secretarios Mario Quintana y Gustavo Lopetegui- “el rumbo está claro”. En ese sentido, el ministro coordinador advirtió que desde sectores de oposición y de la ortodoxia económica “se agitan fantasmas” para instalar que la Argentina “incurre siempre en los mismos errores y está condenada a repetirlos”.

Justamente ese argumento esgrimieron ayer varios diputados durante el debate por las tarifas en el Congreso, que significó un golpe político para el Gobierno ya que no logró bloquear la ofensiva opositora y quedó la imagen de que no controla el parlamento. De todos modos, Peña destacó la aprobación de otras dos leyes, la de mercado de capitales y de defensa de la competencia, que Cambiemos consensuó con los bloques de la oposición moderada, el PJ federal y el massismo.

Para Peña, que se hayan sancionado esas dos iniciativas constituyó una “buena señal” tanto en términos políticos como económicos. Y si bien ponderó el “diálogo” entre el oficialismo y la oposición parlamentaria, advirtió que debe practicarse “diciendo la verdad, sin caer en las soluciones mágicas”, una tendencia que el Gobierno le atribuye al peronismo “populista” que no lo ayuda a bajar el déficit fiscal. Cualquier otro camino “no es viable” para el país, dijo Peña.

En resumidas cuentas, el Gobierno insistirá en ponerle un respirador al modelo gradualista. Las conversaciones que inició ayer en Washington el ministro Dujovne apuntan a eso. También las que se desarrollarán en Buenos Aires la semana próxima, con enviados del Fondo Monetario. Pero en los hechos, la intervención del organismo internacional en la economía doméstica supondrá cambios forzados para el gradualismo que es el sello económico de Cambiemos en el poder.

Peña negó rotundamente cambios en el equipo de colaboradores

 

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