¡Dale gas!... Por temor a las boletas abultadas, hay quienes vuelven a la garrafa

Pese a que el costo sigue por encima de lo que sale el gas natural, lo hacen para “controlar” el gasto ante la incertidumbre de las facturas

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Hay platenses que están volviendo al uso de la garrafa ante el temor de que las facturas de gas de Camuzzi sean impagables. En esa línea, desde diferentes distribuidoras de gas envasado se indicó que aumentó la venta y no solo en los barrios mas alejados del centro platense, sino también en pleno casco urbano.

A la par de los anuncios oficiales de aumentos de las tarifas, a los comerciantes de gas envasado se les multiplicaron los llamados telefónicos de vecinos interesados en saber a cuánto está la garrafa de 10 kilos y acerca de las entregas a los barrios.

No hay que hacer demasiadas especulaciones para arribar a la conclusión de que el achatamiento salarial y el aumento de las tarifas formaron un asfixiante combo que le puso la soga al cuello a sectores vulnerables como jubilados que perciben la jubilación mínima, trabajadores cooperativistas o a quienes viven de changas.

Así, vecinos de La Plata, City Bell, Gonnet y Villa Elisa, sin distinción de zonas, se convirtieron en los nuevos clientes para las distribuidoras.

Las consultas por los valores de los envases empiezan a llegar desde zonas con servicio de red

La garrafa que se entrega a domicilio, de 10 kilos, cuesta unos 250 pesos y es la más vendida

“Hay gente que ya deja el gas natural y opta por la garrafa, aunque el 90 por ciento de nuestros clientes son de zonas a dónde no llega la red de gas natural”, contó el empleado de una planta de envasado que se encuentra en Villa Elisa. En ese establecimiento la carga de la garrafa de 10 kilos cuesta unos 180 pesos y la del tubo de 45 kilos, 800 pesos.

“A mi una garrafa chica que solo uso para cocinar me dura tres semanas, pero el horno lo tengo de adorno porque si no el gas me dura una semana menos”, contó Adriana, una vecina de Villa Elisa que vive junto a su madre jubilada.

Si bien el frío aún no se hizo sentir, la vecina remarcó que se le complicará el panorama cuando quiera encender una vieja estufa a gas porque con ese artefacto encendido la carga de la garrafa se le “esfuma” en tres o cuatro días.

En otro comercio de venta de gas envasado notan que la vuelta a la garrafa se da -entre otros factores- porque la brecha de los precios entre el gas natural y el que ellos venden ya no es tan grande.

“Dentro de todo es accesible, por ejemplo con 200 pesos un jubilado se garantiza que podrá cocinar durante el mes sin sentir pánico por una factura que hasta que le llega no sabe si podrá pagar”, apuntó un comerciante del rubro.

Como contracara de las abultadas facturas que muchos vecinos no saben si podrán pagar, los comercios que se dedican al expendio de garrafas señalaron que es notorio el repunte de la actividad.

“No es algo exclusivo de las zonas humildes, el otro día se nos sumó un cliente de 25 y 54 y hay otros del casco urbano que ya piensan en dar de baja el gas natural o limitan su uso a las cocinas”, dijo un repartidor.

A muchos vecinos los angustia no saber cuánto les llegará para pagar en la próxima factura de gas, por eso optan por comprar una garrafa y mientras la usan saben que ya está paga. Esos vecinos agradecen que todavía se prolonguen las temperaturas agradables, algo que les permite no tener que pensar en calefaccionar las viviendas.

“El mercado aún no tira porque hay temperaturas altas, pero la gente grande es la que no está dispuesta a pasar frío y la que mas consulta por los precios de los envases para poder prender alguna pequeña pantalla, buscan alternativas accesibles a su realidad económica”, apuntó un distribuidor que lleva 25 años en la actividad.

En su comercio la garrafa de 10 kilos con entrega a domicilio cuesta 250 pesos y es la que mas se vende.

Otro indicador del repunte de la actividad en ese comercio es que mientras el año pasado vendían una media docena de envases, en la actualidad esa cifra trepó a 30.

“Siempre el gas envasado fue mas caro por la cantidad de intermediarios que tiene antes de llegar al usuario, pero muchos vecinos, aún con la posibilidad de instalar el gas natural, lo piensan dos veces porque es mucha la inversión que hay que hacer y no se amortiza en dos o tres años; ya no hay tanta diferencia con el precio de la garrafa”, concluyó el comerciante.

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