Los chicos de Punta Lara anoche ya durmieron en hogares de menores

Son siete y fueron trasladados luego de recibir el alta hospitalaria. Dos de ellos estaban vendiendo con su madre en un tren

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Tras la conmoción causada por el caso de los cinco hermanitos hallados en virtual estado de abandono en una precaria vivienda de Punta Lara -que vivían junto a otros dos menores que en esos momentos se encontraban con su madre vendiendo artículos en un tren- la Justicia ordenó ayer mismo el traslado de todos a dos hogares de menores de nuestra región. En ellos fueron alojados seis en forma conjunta, mientras que el menor de todos, de tan solo 11 días, fue derivado a uno especialmente acondicionado para bebés.

La determinación fue tomada en acuerdo con la madre de los niños -una mujer de 31 años con problemas de adicciones- al tiempo que se dispuso una restricción parcial de acercamiento al padre de dos de los menores, un joven de 21 años que también padece problemas de adicciones.

Fuentes del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia que intervinieron ante el episodio, describieron a EL DIA una historia de derechos vulnerados en el marco de una problemática de consumo de drogas, conflictos de pareja y desamparo, que anoche encontró una solución, al menos parcial, tras los difíciles días vividos por los chicos.

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AL AMPARO DE NADIE

Yasmila, Belén, Natalio, Rosario y Andrés (los nombres no son los reales) tienen entre 11 días y 12 años. Son hermanitos y estaban solos, como casi siempre, en una vivienda muy precaria en medio de la selva. Con poca ropa, sin alimentos, al cuidado de nadie. Solos. Otros dos, de edades intermedias, se encontraban con su madre vendiendo cosas en un tren.

No ocurrió en ningún territorio selvático lejano sino aquí cerca, en Punta Lara, en la entrada de la Selva Marginal. Alguien advirtió la situación e hizo una denuncia policial al 911, acudieron efectivos del Comando de Patrullas de Ensenada, y los chicos fueron derivados en un primer momento al Hospital Cestino de Ensenada, donde los médicos que los atendieron señalaron que estaban bien de salud. Pero el tema estremeció y se desplegó inmediatamente una enorme cadena de solidaridad.

Cuando cuatro integrantes del Comando de Patrullas de Ensenada -la oficial subayudante Silvana Acuña, la oficial Yamina Amengualk, la principal Yanina Marylin Campos y el teniente José Hasperué- llegaron a la precaria vivienda ubicada en 13 y 140, en la zona del monte de Punta Lara, se encontraron con los cinco hermanitos solos, sin calzado, ni ropa de abrigo, ni alimentos a disposición.

De allí fueron llevados inmediatamente a la Comisaría de la Mujer y la Familia de Ensenada primero y al Hospital Cestino después, donde los revisaron y los encontraron en aceptable estado de salud. Y a partir de allí, comenzó a develarse su verdadera historia.

La jueza de Paz de Ensenada -doctora Sagasta- inició un expediente por “abandono de persona” que posteriormente continuó la fiscal Virginia Bravo, y también intervino la Secretaria de Derechos Humanos y Niñez del Municipio.

“Es una historia compleja -contó el director del Hospital Cestino de Ensenada, Jorge Gutiérrez- aparentemente la mamá viene de Florencio Varela, conoció a este muchacho que es de Punta Lara y estaban viviendo ahí. Los chicos no presentan signos de violencia ni desnutrición, por lo que están en condiciones de recibir el alta -de hecho la recibieron anoche antes de ser trasladados- y el mayor de los chicos, de 11 años, actuaba como el responsable de sus hermanitos, mientras que en todo momento estuvo presente la abuela paterna del bebé de apenas 11 días de vida”.

“Los nenes están bien -destacó por su parte el secretario de Derechos Humanos de Ensenada, Carlos Dabalioni- están escolarizados -iban a una escuela de Florencio Varela- y sus padres son una pareja joven con problemas de adicciones. Pero la abuela materna del niño más chico está presente y la mamá también. Cuando fueron encontrados, los padres aparentemente habrían ido a vender al tren. Por dichos del nene mayor, el de 11 años, una abuela paterna los cuidaba”.

“El padre de los dos nenes más chicos salía a vender en los trenes -añadió- también lo hacía la madre y a veces salían a vender todos juntos. Evidentemente había una situación irregular, pero ahora los chicos amanecieron bien y siempre estuvo presente una abuela acompañándolos desde que la Policía los fue a buscar a la vivienda tras recibir un llamado al 911 alertando sobre la situación”.

 

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